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La letalidad del fentanilo

Ruth Zavaleta Salgado

Ruth Zavaleta Salgado

Zurda

 

La agenda de asuntos públicos que sí importan para el desarrollo de la vida de los mexicanos quedó superada por los temas que se debaten a partir de las expresiones del Presidente de la República en sus conferencias matutinas. No es extraño que haya coincidencia entre diversos analistas políticos entorno a que, algunas declaraciones, son usadas como cortina de humo para desviar la atención sobre problemas graves. Un ejemplo de esto es la artificial confrontación que el Presidente atizó en contra de España para dejar de lado un asunto que impacta la vida de los ciudadanos de Estados Unidos y los de México: Los costos de la producción, tráfico y consumo del fentanilo, dados a conocer el 8 de febrero en el Informe de la Comisión estadunidense para la Lucha contra el Tráfico de Opioides Sintéticos.

En ese informe, diversos expertos analizan el impacto en la economía y salud por el consumo de drogas sintéticas, en especial el fentanilo, en EU. El alto costo de vidas humanas como de recursos económicos, motivó a los participantes a hacer un reclamo al gobierno mexicano, encabezado por López Obrador, para “hacer más” contra “la amenaza que los cárteles suponen para la salud y seguridad” en México y EU. El debate sobre la responsabilidad de México para controlar la producción de narcóticos que son consumidos por los jóvenes de ese país no es nuevo, como tampoco es una novedad que los expertos reconozcan que debe controlarse el crecimiento de consumidores, sin embargo, la crisis de muertes por sobredosis que está produciendo esta droga, obliga a que los dos gobiernos busquen construir acuerdos para atender de fondo esta problemática. Si bien es cierto, la mayoría de consumidores se concentra en el país del norte, en México, los costos también son muy altos por la violencia que se produce por la confrontación de los diferentes grupos del narcotráfico que disputan el mercado de drogas. Al respecto, en esta misma semana, la organización de Causa en Común, presentó su informe 2021, Galería de Horror, donde analiza la posible relación de la violencia en determinados Estados con la disputa por la ruta del tráfico de fentanilo entre cárteles de la droga en el país (https://causaencomun.org.mx/beta/atrocidades-2021/).

Sobre el incremento de consumidores en México y los efectos letales, no se tiene mucha información porque los recortes presupuestales al Inegi impidieron que se hiciera la Encuesta Nacional de Consumidores de Sustancias Psicotrópicas, pero el incremento de “homicidios culposos” podría ser una pista. Cabe mencionar que, ante la falta de datos, el Senado de la República, el 3 de marzo del 2020, exhortó al Consejo de Salubridad General y a la Secretaría de Salud para que realizara una investigación sobre el auge de la comercialización en México de nuevas sustancias sicoactivas y sus implicaciones para la salud toda vez que, no se puede diseñar una política pública adecuada si no hay datos puntuales para diagnosticar el problema, pero, tal y como sucede con otras problemáticas analizadas en el Poder legislativo, el exhorto no tuvo ningún resultado.

Lo que sí es cierto es que el gobierno mexicano no puede ser omiso ante las evidencias presentadas por Estados Unidos sobre el incremento de producción y consumo del fentanilo y los costos de vidas humanas, no sólo por la letalidad de la droga (se menciona un 30% más de decesos por consumo de fentanilo en 2021), sino por la violencia que genera la competencia por el mercado entre los narcotraficantes. Todavía más importante, el gobierno mexicano tiene que considerar muy seriamente que la producción de fentanilo se ha vuelto un factor determinante en el incremento de la violencia y en la muerte de los jóvenes, tanto de consumidores como de integrantes de los grupos criminales que pierden la vida en esta horrorosa confrontación sin tregua.

 

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