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Dejamos de temerle a la influenza

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

Se cumplen 10 años de la pandemia del virus de la influenza AH1N1, que inició aquí en México y se extendió a nivel mundial.

A una década de los hechos, expertos en el tema advierten que los mexicanos dejaron de tenerle miedo a este virus.

Y prueba de ello son los datos del boletín de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, que en la última semana reporta cuatro mil 618 casos confirmados y 448 muertes.

Estas cifras son consideradas por los expertos como el tercer evento más importante de la influenza, después de la epidemia de 2009.

¿La causa? Un grupo notable de la población, incluidos médicos, ya no se vacuna y olvida las medidas de prevención como lavarse las manos, cubrirse la boca al estornudar y evitar automedicarse.

“El virus de la influenza debe ser visto como poderoso, terrible y capaz de transformarse para eludir al enemigo que somos nosotros”, nos advierte Mussaret Bano Zaidi, jefa de la Unidad de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Hospital General O’Horán e integrante de la Fundación Mexicana para la Salud.

La especialista participó en el Master Class de Influenza, convocado por Sanofi Pasteur en Mérida, Yucatán, donde advirtió que hay riesgo de volver a tener una epidemia por el reordenamiento genético del virus.

A 10 años ha quedado demostrado que el virus de la influenza no se transmite por consumir carne contaminada (de aves, cerdos y caballos), sino por el contacto de la gente a las secreciones de estos animales.

Para Mussaret, las granjas criadoras de animales pueden ser el mayor reservorio del virus de la influenza, por eso, dice, hay que mantenerlas vigiladas tanto por la Secretaría de Agricultura como la de Salud.

¿Por qué vacunarse cada año? Porque nos protege de morir, se pregunta y se responde Darwin Stalin Torres, infectólogo del Hospital Regional de Alta Especialidad de Yucatán y miembro de la American Society for Microbiology.

Por eso coincido con lo que dicen los especialistas: la vacunación más cara es la que existe y no se aplica; se queda en el refrigerador.

ABATELENGUAS

Durante un foro realizado en la Cámara de Diputados, Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, y Juan Rivera, director del Instituto Nacional de Salud Pública, evidenciaron lo que muchos investigadores decían y que en su momento fueron acallados:

La industria de bebidas azucaradas y alimentos con alta densidad calórica influyó en el anterior sexenio para evitar que se les regulara de manera adecuada y para que recomendaciones científicas, que buscaban proteger la salud de los consumidores, y en particular de los niños, no fueran tomadas en cuenta.

Por eso se prevé que desaparezcan al Observatorio Mexicano de Enfermedades no Transmisibles (OMENT), un organismo de consultoría y evaluación integrado por sectores vinculados a empresas productoras de alimentos procesados.

BAJO EL MICROSCOPIO

¡Qué revés le dio la CNDH a Germán Martínez, director general del IMSS!

Y es que este último hizo todo un show mediático al acudir personalmente a pedir que este organismo emitiera una medida cautelar para restablecer la atención a familiares de las víctimas de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora.

Pero la CNDH, que dirige Luis Raúl González Pérez, le respondió que el IMSS no debió interrumpir los servicios subrogados de atención que brinda a los familiares de las víctimas del incendio, porque las observaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación para mejorar los procesos de adjudicación del Instituto “no determinan la suspensión o interrupción” de los apoyos.

De ahí que le dijeran a Germán Martínez que si requiere asesoramiento y/o interpretación de los procesos de adquisiciones y obras públicas, no recurra a la CNDH, sino a la Secretaría de la Función Pública.

¿Así o más claro?

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