El Verano Mexicano y el resultado del odio

Pasaron ya seis años de la Primavera Árabe, donde los ciudadanos del mundo árabe tomaron el control de sus países, fue el punto final para algunos de los políticos abusivos, corruptos y represores.

Túnez fue el punto de partida; en cuestión de días y semanas se regó como pólvora la idea de escribir una historia diferente, así, las manifestaciones de cambio llegaron a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria.

Cayeron dos presidentes: Hosni Mubarak, de Egipto, y Zine el Abidine Ben Ali, de Túnez. Sin embargo, en el resto de países, la resistencia de los gobiernos al cambio ha producido guerras, muertos, desabasto, desplazamientos y flagrantes violaciones a los derechos humanos en toda la región y, por supuesto, ataques a la libertad de expresión.

Primordialmente, Siria tiene el peor escenario en las zonas de conflicto bélico, los miles de refugiados que han llegado a Europa y el resto del mundo dan testimonio de la catástrofe humanitaria (11 millones de desplazados), donde la intervención internacional sólo ha hecho menos viable la pacificación.

En esos países, los presos de conciencia son la práctica más común, los opositores sufren torturas que han llegado hasta la muerte. En Siria se calculan poco menos de 260 mil muertos desde que comenzó el conflicto. En México llevamos 235 mil muertos sin guerra civil. También hay 65 mil desaparecidos por el gobierno; aquí, poco más de 32 mil…, las guerras que tenemos en México son varias; pero hay una guerra por el poder donde, al amparo de la impunidad, han asesinado a 65 candidatos a elección popular, alcaldes y demás funcionarios y personas vinculadas de alguna forma con la contienda electoral en varios estados del país.

En esa guerra también han participado grupos fuera del entorno público que han dirigido sus baterías para denostar al candidato puntero, Andrés Manuel López Obrador, historias que van desde el financiamiento ruso a la campaña, la frívola historia de que convertirá a México en Venezuela, la amnistía a favor de gente, pobre o ignorante, abusada por el crimen organizado o la riqueza ostensible de dos departamentos en la zona de Copilco de la Ciudad de México.

Cuando, en contraste, los escándalos de corrupción expuestos por la Auditoría Superior de la Federación, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación, electrónicos y tradicionales, suman casi 400 mil millones de pesos que siguen sin aparecer.

Peor aún, el periodista Ricardo Alemán, quien confundió la libertad de expresión con la difamación y la libertad política con convocatorias abiertas a la violencia y al odio. Emitió desde su cuenta de Twitter un mensaje diseñado, donde hace alusión a los homicidios de famosos asesinados por sus seguidores (fans) y al final del texto hay una literal referencia a los denominados “chairos”, denominativo otorgado públicamente a los que simpatizan precisamente con el puntero en las encuestas para presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, invitando a tomar acciones en referencia al homicidio, escribiendo textualmente: “Les hablan¡¡¡”. La lectura propia de la imagen no deja ninguna otra interpretación e intención.

Tal desacierto causó un fenómeno viral en redes sociales, donde se produjeron cientos de miles de expresiones en contra de tan brutal convocatoria, el resultado contra el odio.

Si fue a manera de sorna o no, con la muerte no se juega, menos en un país con esos números, y donde en nuestra historia los candidatos presidenciales han sido asesinados.

En México ya hay terror, hablar de miedo y peligro es de niños. Esperamos propuestas y viabilidad de gobierno. Habrá un 2 de julio, donde todos sin excepción nos encontraremos y tendremos que cohabitar el mismo territorio y oxígeno.

Las consecuencias que provoca la impunidad las leemos diario, comencemos la etapa de reconciliación, de Estado de derecho, de reconstrucción de las instituciones, de credibilidad. México lo pide a gritos. Hoy fue una pequeña muestra de lo que juntos podemos lograr. Un auténtico Verano Mexicano.