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Tercera dosis de la vacuna

Raymundo Canales de la Fuente

Raymundo Canales de la Fuente

 

Existe mucha agitación en los medios de comunicación provocada por el tema de la aparente necesidad de aplicar un tercer refuerzo de las vacunas que previenen la enfermedad de covid-19.

El primer argumento emerge de las farmacéuticas sin absolutamente ninguna base científica, simplemente “sospecharon” de forma muy oportuna para sus intereses económicos, que quizá una dosis de refuerzo podría servir para atajar la epidemia. Por supuesto, es de reconocer la voluntad, el capital y los esfuerzos que invirtieron para obtener vacunas a velocidad estratosférica, nunca se había podido tener un biológico eficaz en tan corto tiempo, pero su reciente reacción me parece que deriva de sus ánimos para reponer el capital.

El virus y la enfermedad son nuevos, no existían en la faz de la tierra y, por tanto, apenas a dos años, nadie puede predecir con exactitud el comportamiento de la enfermedad a lo largo del tiempo, mucho menos la capacidad que tendremos las personas para conservar nuestras defensas.

Existen virus muy cotidianos, que causan enfermedades como el sarampión o la rubeola que provocan inmunidad permanente, es decir que nunca nos enfermaremos de nuevo, por lo menos de forma grave, y hay otros que cambian tan rápido como el de la influenza, que requiere una inmunización anual para estar razonablemente protegidos.

No sabemos cuál será el comportamiento tanto del virus como de nuestros organismos, pero frente a la relativa estabilidad de muchos componentes del virus podemos sospechar que la inmunidad permanecerá quizá durante algunos años.

El argumento de las empresas es muy difícil de combatir cuando la epidemia no ha terminado por una razón muy simple: frente al alud de contagios y casos nuevos, siempre ocurre que se presentan los casos raros, extraños y que en condiciones normales nunca ocurren.

Hay anécdotas documentadas, incluso con fotografías, de personas con secuelas neurológicas durante la epidemia de la mal llamada “gripe española”, casos que al día de hoy prácticamente no existen.

Hoy vemos casos raros de personas que enferman de covid-19 a pesar de haber sido vacunados y podemos apreciar también complicaciones extrañas que seguramente el año próximo no volveremos a ver.

 

  • Las farmacéuticas sabían que frente al panorama descrito, en un instante pasaría de ser un tema médico para convertirse en un asunto político.

De hecho, el presidente Joe Biden se aplicó una tercera dosis frente a las cadenas de televisión, por la simple razón de que Estados Unidos, hoy, tiene exceso del biológico y cerca de 80 millones de personas que han decidido no vacunarse por razones muy extrañas.

Su intención es muy clara y está en relación a mostrarle al pueblo estadunidense que las vacunas son por completo seguras, tanto que su líder máximo se la aplica más veces de lo necesario.

México hoy no puede darse ese lujo, no nos sobran las vacunas. Debemos seguir vacunando a toda velocidad y el día que toda la población susceptible esté inmunizada y nos sobre biológico, podremos discutir el asunto de la tercera dosis. Hoy por supuesto que no.

 

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