Mentiras e intromisiones sin castigo
La señora Claudia Sheinbaum debe estar preocupada, y nosotros los que en boca de su tutor somos el pueblo, lo estamos aún más. Ella recibió el regaño por no defender el precioso legado. Dejó que en el debate saliera todo lo que la cuatroté nos ha lesionado. Ahí ...
La señora Claudia Sheinbaum debe estar preocupada, y nosotros los que en boca de su tutor somos el pueblo, lo estamos aún más. Ella recibió el regaño por no defender el precioso legado. Dejó que en el debate saliera todo lo que la cuatroté nos ha lesionado. Ahí está la brutal inseguridad en su marcada diversificación de asesinatos, desapariciones, misoginia, extorsiones y la colosal codicia que el hampa ha mostrado en el último lustro.
Las preguntas, provenientes del norte, centro y sur del país hacia las candidatas, inquirieron alto y fuerte:¿qué hará cualquiera que llegue a la Presidencia de la República para apaciguar a la numerosísima cantidad de narcos, sicarios, ladrones, asesinos, truhanes y todo género de mal vivientes que nos rodean y modelan una vida de infierno? No hubo forma de ocultarlo.
A este inventario de la peor calaña, habría que añadir el recorrido por el Gólgota para tratar de encontrar la salud perdida. Los hospitales del sector salud están saturados. La escasez de medicinas comenzó en enero de 2019 y continúa.
La farmaciota en Huehuetoca es una ilusión óptica. La diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y todo tipo de neuropatías recorren el territorio nacional. Con una novedad, vuelven las epidemias que estaban desterradas: sarampión y rabia. Nada más falta la lepra.
¿Cómo ocultar todo esto cuando es el pueblo quien hizo las preguntas; cómo decir que el país es diferente? Mintiendo.
En una conferencia en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, la investigadora e historiadora Ikram Antaki indicó con voz fuerte que la principal característica de un gobierno decadente, es la incapacidad de generar sus propias defensas.
Vemos hoy que, si bien el país no ha cesado de producir hombres capaces y talentosos, este gobierno carece del atractivo para incorporarlos. Antes bien, utiliza sin pena, a seres quienes exprimidos por la vida, ocupan zalameramente puestos de relumbrón sin posibilidades de acción.
El debate nos dio la posibilidad de preguntarnos ¿cómo es que es mejor mentir y volver a mentir con la vista fija en la cámara?, ¿por qué el autoelogio debe estar sobre una realidad que rechina cuando se dice que la satisfacción anida entre los sobrevivientes a una pandemia con más de un millón de muertos y con un ejército de viudas, huérfanos y enterrados en la fosa común? Mintiendo.
Estamos ante la presencia de un Estado que en lugar de cumplir sus funciones, se ha trasmutado en Estado seductor. Ahí está el Ejército de la propaganda encabezada por el rigor inaplazable de las mañaneras, los siervos de la nación, la militarización y el abierto desánimo para enfrentar a las bandas delictivas.
El hombre político busca, por confesión propia, controlar los medios de difusión y deja de ser el mismo para convertirse en un slogan. Estamos en presencia de un donjuanismo mediático, seguro de que por violador que sea de todas las normas, nadie osara castigarlo. ¿Quién puede, amparado por la ley, impedir las intromisiones presidenciales en la actual elección?
