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90 años de autonomía de la UNAM

Raúl Contreras Bustamante

Raúl Contreras Bustamante

Corolario

 

 

A días de cumplirse 90 años de la conquista de la autonomía de la máxima casa de estudios, el miércoles pasado se realizó un solemne evento conmemorativo con este motivo. El acto tuvo lugar en las instalaciones de la Antigua Escuela de Jurisprudencia, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Dicho evento estuvo encabezado por el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers y cuatro distinguidos miembros de la H. Junta de Gobierno, con la presencia de destacadas personalidades invitadas por la comunidad jurídica más emblemática del país.

En la vida de las instituciones, como en la vida de las personas, hay momentos clave en la determinación de su futuro. Para la Universidad Nacional Autónoma de México, ese momento fue el 10 de julio de 1929, al expedirse su primera Ley Orgánica que reconoció el atributo legal de la autonomía.

Se hizo un repaso histórico y se recordó que en 1933 se expidió una segunda Ley Orgánica que determinaba que las autoridades universitarias se deberían elegir de manera directa por la comunidad universitaria. La inestabilidad política que esto generó puso en peligro el prestigio y la propia autonomía de la máxima casa de estudios.

En la creación de la actual Ley Orgánica que nos rige como institución, en 1945, se conjuntaron talentos grandiosos de juristas de la talla del entonces rector Alfonso Caso, Antonio Carrillo Flores, Mario de la Cueva, Raúl Cervantes Ahumada y otros universitarios de excelencia.

Gracias a la incorporación de la Junta de Gobierno —como institución encargada de la elección de las autoridades universitarias— se le ha permitido a la universidad trabajar con estabilidad interna en beneficio del desarrollo.

En su mensaje, el rector Enrique Graue, afirmó que: “En la UNAM entendemos a la autonomía como la libertad constitucional que nos permite oponer la razón y el pensamiento crítico frente al dogma y al absolutismo intelectual, como un espacio académico donde prevalecen las libertades de pensamiento y el respeto a la disidencia”.

Por su parte, en representación de los estudiantes, Adriana Macedo, consejera técnica de la Facultad de Derecho, señaló que: “La universidad no debe de ser una institución política, ni inmiscuirse en los fines políticos de un partido o de un gobierno en particular”.

Se hizo mención al pensamiento del maestro emérito Sergio García Ramírez, quien afirma que: “Debido a la prominencia nacional de la UNAM, se ciernen constantes y poderosas ambiciones que pretenden gobernarla, y presiones constantes, armadas con toda suerte de discursos que asedian la autonomía”.

Gracias al ejercicio responsable de nuestra autonomía, hoy la universidad de la nación ocupa el lugar 103 entre las 1600 mejores universidades del mundo.

Autonomía y educación de excelencia, son la clave del desarrollo de nuestra máxima casa de estudios. Es la UNAM, sin duda, ejemplo de lo que debe ser la educación superior de excelencia, no sólo en México, sino también a nivel internacional.

A 90 años de la conquista de su autonomía, la UNAM deberá seguir siendo una voz crítica, pero constructiva; constructiva, pero fuerte; fuerte, pero reflexiva; reflexiva y siempre oportuna. Sólo así podrá estar a la altura de las expectativas que el pueblo de México ha depositado en su universidad y en sus universitarios.

Como Corolario, la frase del ideario de José Vasconcelos: “La educación pública universitaria, por su importancia y trascendencia, es el mascarón de proa de la nación”.

 

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