Esa vida que desea V. Su compromiso…
Como siempre, el primer paso es el más retador.
El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida.
Viktor Frankl
El compromiso es la decisión voluntaria de cumplir con algo creando una responsabilidad, un idilio profundo, serio y fiel con aquello que nos hayamos propuesto. El mayor compromiso que debemos hacer en la vida es el que hacemos con nosotros mismos y con ella… con la vida, con esa vida que deseamos vivir y con esa manera en la que deseamos vivirnos en ella.
Y siendo el mayor compromiso es también el más difícil, el más complejo, el más desafiante y el que exige de nosotros una mayor dosis de entrega y paciencia, porque no, no será como los demás compromisos, en el que existe otro, un algo o un alguien que espera algo o al que deseamos agradar y que aun, sin intención, esperamos algo a cambio. No, aquí es sólo uno conociéndose, entendiéndose, procurándose, cuidando de sí, atendiendo las urgencias, las necesidades, conteniéndose en los momentos más difíciles y celebrando aquellos éxitos que sólo su intimidad conoce.
Nadie nos lo enseña y muchas veces se aprende tarde la lección, pero la realidad es que la relación más seria e importante que tendrá para el resto de su vida es con usted mismo. Y de esa relación dependen todas las demás relaciones de su vida. Priorizarse a uno mismo no es egoísmo, es amor propio y, también, amor hacia los demás, porque nadie puede dar lo que no conoce, no es o no tiene, y peor aún… nadie puede sentir por el otro lo que no es capaz de sentir por sí mismo.
Comencé estas columnas de esa vida que desea hablando de la intención, de los puntos de partida, de elegirse y de crear un diálogo personal, ahora es obligado ese compromiso con usted para pensarse, sentirse y pasar un tiempo consigo mismo para elegir sus prioridades de acción, el plan que desea seguir para ir conquistando sus propias fronteras e instaurar en ellas una serie de normativas que lo alineen con esa intención, con ese punto al que desea llegar, con ese diálogo que mantiene y con ese ser en el que desea transformarse. Y la alineación implica un orden, y el orden, una disciplina y un compromiso.
Y como siempre, el primer paso es el más retador, le diré por dónde empezar… empiece por sus No, por aquello que no desea, por lo que constituirá sus no negociables y después haga sus Sí, pero no cualquier sí, sino aquellos a los que no estará dispuesto a renunciar, o lo que es igual: sus no negociables en positivo, así habrá trazado sus primeros límites y podrá, entre ellos, elaborar todo lo que mejor se ordene a lo positivo y todo aquello que más lo aleje de lo que no desea. Ése es su espacio de libertad creativa y es ahí dónde debe desarrollar su plan: qué deseo, qué tengo que hacer y cómo voy a hacerlo; qué no deseo, qué no debo hacer y cómo voy a evitarlo…
Y como todo compromiso, habrá que ponerlo a prueba en la acción. Actúe cada día conforme a ese plan, no dude, no lo piense, hágalo con determinación y vaya perfeccionando ese compromiso. Los retos serán muchos, el primero casi siempre será no priorizar lo ajeno a lo propio… tendrá que buscar el tiempo, la forma y el pensamiento que debe sostener el fondo, tendrá que aprender a manejar sus propios objetivos diarios sin que flaqueen los que haya adquirido antes… y no se confunda… no es que tenga que hacer más, sino que va a hacerlo todo mejor.
Créame, no puede ni siquiera llegar a imaginar cómo puede ser el cuerpo, la mente y las emociones y la vida de agradecida cuando se le mira, se le escucha, se le comprende y se le cuida, y no se imagina cuánto, todo cambia cuando se vive uno a sí mismo desde ese lugar… Cuando permite hacerse visible en sus propias sombras, cuando es capaz de reconocerse, sostenerse, recuperarse y transformarse. Como siempre, usted elige.
¡Felices compromisos, felices vidas!
