Logo de Excélsior                                                        

Andrés Manuel reloaded… otra vez

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

 

Por Jaina Pereyra

“A Palacio o a la chingada”, comienza Andrés Manuel López Obrador el monólogo que promociona su documental y que circuló esta semana en redes sociales.

Parado en el Zócalo, frente a Palacio Nacional, desde donde ha dicho desde hace más de una década que va a despachar, Andrés Manuel se ve desencanchado. Trae un traje negro que le queda grande y en el que rara vez lo hemos visto; camina con las puntas de los pies hacia adentro, sin el garbo que cualquier candidato presidencial querría transmitir.

La primera vez que vi este video, sólo alcancé a ver unos dos minutos porque me desesperó. El porqué estratégico de esta imagen incómoda se evidencia unos segundos después, cuando Andrés Manuel aparece en el pueblo donde nació.

La soltura con la que anda por los caminos de tierra, con la que abraza a los vecinos, nos dice que Andrés Manuel pertenece a este mundo cotidiano, empobrecido, en el que viven tantos millones de mexicanos.

El video tiene muchos recursos visuales que ayudan a transmitir la imagen que los estrategas han elegido para esta campaña. Esa imagen parece resultado de un movimiento pendular que ha vuelto al centro. Primero fue candidato “Andrés, el beligerante”, después “Andrés, el amoroso”; hoy es Andrés el cuentacuentos. En este “documental”, por no llamarlo “acto anticipado de campaña”, da respuesta a todas las críticas que se le han hecho a lo largo de su larguísima campaña. Va anulando uno a uno sus “negativos”. Y aunque lo hace tácitamente, es claro que los está atendiendo.

¿Que si le gusta que le lleven la contraria? Pero si su hijo menor le va al América, faltaba más. ¿Que si está acostumbrado a tomar decisiones con su dedito, sin consulta, a mano alzada, sin deliberación? Ah es que ésa es “la forma indígena”, la ley del consenso; “no hay imposición, hay consenso”. ¿Que si está loco? No, el poder atonta a los listos y aloca a los tontos, pero eso sólo cuando no se tienen convicciones y él tiene convicciones (mírenlo en las imágenes de archivo con la camisa ensangrentada defendiéndolas). ¿Que si se tardó aaaños en términar la carrera? Pero si hasta su mamá fue a C.U. desde Tabasco a constatar que sí estuviera estudiando. Además, de no haberlo estado haciendo, habría sido porque fue un estudiante de escasos recursos, de ésos para los que es difícil terminar de estudiar.

Entre los temas de los que tiene que hablar para validarse frente a la progresía de Twitter, menciona el narco y la falta de oportunidades; una estudiante habla de las violencias machistas mientras él la escucha. Como siempre, condena la corrupción en la escenografía pertinente que concede el nuevo aeropuerto.

En todas las escenas en las que AMLO camina, la cámara, y por consiguiente nosotros, lo va siguiendo, como se sigue a los líderes. Habla en primera persona, no se engrandece poniéndose en boca de otros. En algunas imágenes abraza a los hombres humildes con los que comparte recuerdos de infancia. Camina con su esposa, abraza a su hijo menor; es un hombre sencillo y amoroso, nos dicen insistentemente las tomas.

Verónica Velasco (asumo) habla de sus “éxodos”. Éxodo, como el del pueblo elegido en el viejo testamento.

Por supuesto, el video tiene errores claros, como poner a Andrés, hijo de Andrés Manuel a morderse la lengua hablando sobre lo reprobable de los yuppies y del nepotismo o la falta de consistencia entre el auditorio al que se parece hablarle el documental y el auditorio que necesitaría escuchar estas “explicaciones”. O el título que sigo sin entender por qué habla de “esto soy” y no de “éste soy” o de “así soy” o algo. Sin embargo, con todo y todo, es un ejercicio interesante de comunicación que captura todas las contradicciones y debilidades de AMLO pero que, al mismo tiempo, deja ver a un hombre que no se ha viciado de los códigos de la clase política, que parece una persona normal de clase media. ¿Esto es suficiente para gobernar? Yo creo que no, pero me gusta ver- por fin- algo original en la comunicación electoral.

Habiendo trabajado con candidatos, también sé que es algo muy difícil de fingir y, por lo tanto, transmitir. Habrá que esperar a ver si, como cierra el trailer, es cierto que “la tercera es la victoria”.

                         

*Experta en Discurso Político.

Directora de Discurseros SC.

 

 

Comparte en Redes Sociales