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Salvemos el planeta

Martín Espinosa

Martín Espinosa

Por fortuna, las nuevas generaciones están más conscientes de la necesidad de revertir los daños que desde hace muchas décadas los propios seres humanos le hemos causado a la “casa común” que es donde habitamos todos: la Tierra. Hoy que se habla del cambio climático y de fenómenos ambientales que amenazan con ser ya irreversibles en materia de contaminación del aire, el agua y el suelo, resulta alentador observar el compromiso de niños y jóvenes para profundizar en las medidas de preservación del medio ambiente, como en México ya sucede con las restricciones en el uso de popotes y bolsas de plástico.

Recientemente, legisladores de nuestro país y sectores relacionados con la industria del plástico firmaron una serie de acuerdos para buscar alternativas frente a los altos niveles de contaminación de nuestras tierras y mares. Las principales empresas de la industria firmaron el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico, pacto por el que se comprometen, junto con el gobierno federal, el Poder Legislativo y la sociedad civil a reducir la producción de plástico de un solo uso y a dar mayor impulso al reciclaje.

Los legisladores calificaron el acuerdo como uno de los mayores esfuerzos por proteger el medio ambiente, ya que cuenta con el consenso y aceptación de la mayoría de los industriales del país, quienes asumen compromisos específicos y con fecha límite para solucionar uno de los mayores retos ecológicos de la actualidad.

En este sentido, Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado, añadió que el acuerdo es el inicio de un proceso para que todos los actores, públicos y privados, puedan transitar hasta la aprobación de una ley en la materia. “Este esfuerzo que hoy hacemos, de un pacto, de un acuerdo nacional sobre la nueva economía de los plásticos, será enriquecido; es el inicio y aquí surgirán las iniciativas de ley que, para tal efecto, se apliquen. Por eso, sí tenemos que reconocer a las empresas firmantes, porque, en lugar de negarse o cerrarse como en el pasado, ahora están dispuestas a buscar soluciones para cuidar el medio ambiente, es mejor trabajar con ellas que trabajar en confrontación constante”, dijo el coordinador parlamentario durante la inauguración, en la que se sumaron 60 representantes empresariales e industriales para los compromisos del Acuerdo.

El Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico es el resultado de un esfuerzo realizado durante meses previos, en los que gobierno, Legislativo e industria asumen compromisos para avanzar hacia una economía circular, cuyo objetivo sea reducir la producción, el consumo y el desperdicio, y lograr que los residuos tengan un aprovechamiento.

La llamada economía circular es un modelo económico y social que tiene como médula la protección al medio ambiente y la creación de alternativas sustentables; impulsa que la gestión de los residuos plásticos se soporte en una visión más amplia de la Regla de las 3R (reducir, reusar y reciclar), adoptando dos nuevas acciones adicionales: el rediseño de los productos y el repensar, aplicado tanto a la fabricación como al consumo.

En el Acuerdo se establecen metas específicas, en las que la industria tiene como fecha límite el 2030, para que todos los envases y empaques sean reutilizables, reciclables y compostables.

Por su parte, el senador por Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín, uno de los impulsores de este acuerdo, señaló que este documento no es el final del camino legislativo sobre el plástico. Todavía tenemos que trabajar muchas cosas más, como la coordinación interinstitucional y la responsabilidad. “No pensamos renunciar a esa tarea”, afirmó.

Ramírez Marín es conocido por su interés en asuntos ambientales, por su preocupación por las abejas y la apicultura, y en esta ocasión emprendió, con total discreción —seguramente necesaria para el tema—, un acuerdo que significa un parteaguas en el manejo de residuos plásticos en México. Con el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en 2025, el 30% de todo el plástico que el comercio arroja a las calles será acopiado y se convertirá en otros productos, en lugar de terminar como basura que inunda nuestras zonas protegidas. El legislador priista reconoció que no se trata de la única solución, pero sí “una de las mejores que se han implementado al respecto”. Sin duda, queda mucho por caminar en ese sentido.

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