¿A quién sirve Humanismo Mexicano?

Con la llegada de López Obrador a la Presidencia, miles de médicos y residentes fincaron sus esperanzas en que el Sistema de Salud cambiaría para bien. Una de las razones de la carencia de médicos especialistas es que una A. C. creada por Felipe Calderón ha sido la encargada de certificarlos; ello generó, desde 2015, un monopolio y un gran negocio de las especialidades en México.

En 2018, con la llegada de Morena, se establecieron las bases para desmantelar el monopolio de la Conacem y sus órganos certificadores; se buscó dar certeza a miles de residentes. El Senado aprobó la figura de “médico residente” en el artículo 88 bis I y II. También se dio paso a la reforma del art. 81 de la Ley General de Salud, que busca quitar la certificación del Comité Normativo de Especialidades Médicas. El objetivo de ambas reformas era “desmantelar” dicho modelo “neoliberal”. Tanto las iniciativas como el compromiso presidencial de acabar con los monopolios y dar derechos a los residentes fueron “sepultados” por Emmanuel Reyes en la Cámara baja; en los últimos meses se ha dedicado a preparar foros y presentar iniciativas, junto con las asociaciones dedicadas a la cirugía plástica, las cuales tienen como objetivo crear un monopolio en México de la cirugía estética; un negocio de más de 12 mil millones de dólares al año.

La denominada Ley Chucky, que reforma el art. 79 de la Ley General de Salud, señala que para el ejercicio de actividades en el campo de la cirugía plástica, estética y reconstructiva se requiere que los títulos profesionales o certificados de especialización hayan sido expedidos por las autoridades educativas competentes.

Actualmente no existe el curso en cirugía plástica, estética y reconstructiva; el grado médico se limita a plástico reconstructivo. Lo que busca Reyes Carmona es otorgarle una especialidad a una A. C. para obtener beneficios económicos para su causa. En la última asamblea de esta asociación se acordó la aportación de 45 millones de pesos para dichos fines. Por desgracia, nuevamente se antepone la corrupción y el negocio antes que los intereses de médicos y residentes a los que la 4T parece haberles fallado.

COMPETENCIA ELECTORAL…

El espíritu de cualquier democracia es generar competencia política que permita a los ciudadanos elegir libremente la mejor opción de gobernanza para un país. En el caso de México, falta mucho camino por recorrer, más aún cuando existen “resabios” del totalitarismo que prevaleció durante el siglo pasado. Ante el debilitamiento del PAN en los últimos años, al grado de que con su actual dirigencia pasó de tener 11 gubernaturas a sólo cinco, el PRI resurge fuerte ante el repunte de sus candidatos en Coahuila y el Edomex, que renovarán gobierno el próximo mes. Su dirigente nacional, Alito Moreno —quien hace unos días fue ratificado por abrumadora mayoría del Consejo Político Nacional—, volvió a “hacerla” en lo que es mejor: lograr acuerdos para el fortalecimiento de su partido y reactivar la “maquinaria electoral” más experimentada de México. Se le observa como el único político de oposición que ha tenido la valentía de “defenderse” de los ataques del poder y hoy cosecha los frutos de haber resistido a los embates de Palacio Nacional. No hay que olvidar que cuando el PRI se une siempre gana elecciones y hoy cierran filas con el político campechano rumbo a lo que vendrá en el 24.