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Mismo libreto

María Amparo Casar

María Amparo Casar

A juicio de Amparo

Trivia. ¿Sobre qué episodio se emitió la siguiente declaración? “Queremos ser muy enfáticos en señalar que de ninguna manera se ocultarán los hechos ni se protegerá a nadie. En este gobierno se castigan los abusos y violaciones a los derechos humanos; tenemos un compromiso irrestricto con la sociedad para evitar la impunidad. Por eso se realiza una investigación seria, profesional y hasta llegar a la verdad”. ¿Sobre la defunción de 49 niños por el incendio en la Guardería ABC (Sonora, 2009), los 43 estudiantes de Ayotzinapa (Guerrero, 2014), los 137 decesos por la explosión de ductos de Pemex (Hidalgo, 2019), el fallecimiento de 17 pacientes en un hospital del IMSS (Tula, Hidalgo) o la muerte de 40 migrantes el pasado lunes 27 de marzo? Es crudo decirlo, pero da igual. Las declaraciones siempre son las mismas y los resultados también: las investigaciones nunca concluyen, los que tienen responsabilidad política permanecen en sus puestos, los que pagan las culpas con privación de la libertad son los que ocupan el escalafón más bajo.

La declaración fue hecha por la secretaria de Seguridad, funcionaria sin responsabilidad política ni administrativa en la criminal tragedia. Única vocera después de las desafortunadas declaraciones de los secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación, responsables de la política migratoria y del Instituto Nacional de Migración. Había que cuidar a las corcholatas y proteger al amigo Francisco Garduño.

Un Presidente que habla todos los días más de dos horas, básicamente guarda silencio sobre el que probablemente será el mayor hecho criminal de su administración. Mejor callar que aceptar que las diferencias entre este caso y los de la Guardería ABC o Ayotzinapa son, si acaso, de matiz. De llegar a la Corte, qué diría Arturo Zaldívar, tan combativo en el caso ABC.

No falta tanto para que se acabe la 4T, al menos en la personificación de López Obrador y no pasó la prueba del cambio prometido. Eso de que “no vamos a ocultar la verdad y no somos como los de antes” no resiste el menor escrutinio. Ha seguido exactamente el mismo libreto, la misma mecánica que tanto criticó a Calderón y a Peña Nieto. Las cabezas no se tocan. En Segalmex —dirigida por I. Ovalle, amigo del Presidente— se protege al titular cambiándolo de puesto a pesar de que durante su gestión se desviaron 15 mil mdp, el doble que la Estafa Maestra que tanto usa el Presidente de ejemplo de la horrible corrupción del neoliberalismo. En la tragedia de Ciudad Juárez con sus 40 muertes, el titular del INM, también amigo del Presidente, sigue en su puesto.

Los que tuvieron fe en las promesas del Presidente se quedaron con un palmo de narices. Ni menor corrupción ni mayor justicia, transparencia o rendición de cuentas. Sobre todo, ni menor impunidad.

Del uso político de la justicia ni hablar. Ricardo Anaya sigue fuera del país, porque si pisa México no tendrá un juicio justo de cualquiera que sea el delito que se le quiera imputar. Alejandra Cuevas estuvo en la cárcel por una venganza del fiscal. A Rosario Robles se le mantuvo ilegalmente tres años en prisión preventiva. Decenas de científicos fueron acusados sólo porque incomodaban al Conacyt. La faramalla de la consulta ciudadana para enjuiciar a políticos del pasado se quedó en puro show.

Del otro lado, o sea, de los que trabajan en la 4T, ni visos de hacer justicia. La corrupción y la irresponsabilidad política, legal y administrativa con que se conducen los funcionarios públicos es igual o mayor que en los anteriores. La protección e impunidad que se les dispensa también. A los que se les debió abrir una carpeta de investigación para iniciar un proceso judicial y/o administrativo se pasean sin temor. El periodismo de investigación, las organizaciones de la sociedad civil, incluso, la Auditoría Superior, han develado decenas de actos y redes de corrupción para desviar recursos públicos en este sexenio. Han ofrecido pruebas contundentes de contratos inflados, empresas fantasma, mercancías o servicios no suministrados, entregas de dinero en efectivo, transferencias a paraísos fiscales, obras que no cumplen las especificaciones requeridas y un largo etcétera. ¿Y? Nada. Igual que en el pasado.

A cuatro años de gobierno seguimos escuchando del saqueo que operaron los llamados conservadores y neoliberales, pero lo que vemos es la defensa y protección de los corruptos de ahora. Ahí están los casos de Segalmex, Línea 12, CFE, Pemex, AIFA, Tren Maya, Delfina Gómez, SEP o las revelaciones de SedenaLeaks. Todos bajo el manto de la impunidad. En este gobierno, por decreto, no hay corrupción, ni errores ni negligencia ni responsables. Hay leales que nunca serán investigados y mucho menos perseguidos por su incompetencia, omisiones o corrupción, aunque éstas provoquen muertes, lesionados y daño patrimonial.

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