Logo de Excélsior                                                        

Salud y pobreza

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

De entrada, los datos.

  •  

Primero los del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que levanta el Inegi. En 2018, cuando terminó el sexenio del presidente Peña, había 20.1 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud, el 16.2% de la población. Una barbaridad. Bueno, pues hoy tenemos más. En 2020, transcurrido un tercio del gobierno de López Obrador, este indicador aumentó impresionantemente. Ya son 35.7 millones de mexicanos los que no tienen acceso a servicios de salud, 15.6 millones más que en 2018, el 28.2% de la población nacional.

¿Qué pasó? ¿Por qué tantos millones perdieron la posibilidad de ir a una clínica u hospital público para que los atendieran en caso de enfermedad?

Los números del Coneval nos dan la respuesta: la desaparición del Seguro Popular para sustituirlo con una entelequia llamada Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

En 2018, 42.1 millones de mexicanos tenían acceso a la salud por estar afiliados al Seguro Popular, un programa establecido en 2002 para personas que no podían acudir al IMSS, ISSSTE u otro tipo de seguridad social.

El Seguro Popular cubría a sus afiliados de ciertas enfermedades y tenía un fondo de protección contra gastos catastróficos para personas que contraían enfermedades muy costosas. Era una política pública limitada, pero que por primera vez daba respuesta a millones de mexicanos que carecían de servicios de salud y que, cuando enfermaban, o no se curaban o se endeudaban de por vida para sufragar los gastos de atención médica.

El Seguro Popular no era una panacea y tenía problemas de corrupción en la medida en que los gobiernos estatales lo operaban. Pero, con todo, funcionaba, dándole algo de tranquilidad a 42.1 millones de personas afiliadas.

Llegó entonces AMLO a la Presidencia y, fiel a su estilo, de un plumazo y sin hacer una evaluación racional, desapareció el Seguro Popular al inicio de su sexenio.

Para sustituirlo, se anunció la creación del Insabi, organismo de la Secretaría de Salud encargado de proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud y medicamentos a todas las personas que no estuviesen afiliadas a una institución de seguridad social. Sonaba muy bien en el papel. Lo que nunca quedó claro es cómo se financiaría esta institución que centralizaría la atención médica.

La realidad financiera fue otra. El gasto en salud bajó en términos reales en los presupuestos de 2019 y 2020, a pesar de la promesa de crear el Insabi, cuya implementación resultó un fracaso. Al quite tuvo que entrar el IMSS; el Presidente recientemente le transfirió la responsabilidad de operar diez hospitales que estaban a cargo del Insabi.

Regresemos, pues, a los números del Coneval. De 42.1 millones de mexicanos afiliados al Seguro Popular en 2018, sólo quedaron 26.9 millones en el Insabi en 2020, una pérdida de 15.2 millones. Y esa caída influyó para que creciera el número de pobres en el país, precisamente en este sexenio donde, supuestamente, se le daría prioridad a la gente de menores recursos económicos.

Más datos. En esta ocasión de la ENIGH. En 2018, los hogares gastaban 901 pesos en promedio al trimestre en temas de salud. En 2020, ese gasto aumentó a mil 266 pesos en términos reales, es decir, quitando la inflación. Estamos hablando de un aumento de 41% en tan sólo dos años.

Quizá mucho de este incremento se deba a la pandemia de covid-19 del 2020. Pero también hay que decir que la pésima implementación del Insabi coincidió con este evento catastrófico, que dejó a millones de familias sin protección del Estado para enfrentar ésa y otras enfermedades. Ergo, las personas tuvieron que poner más dinero de su bolsa, lo cual los empobreció. Así de trágico.

  •  

Antes de tomar posesión como Presidente, AMLO prometió dejar un sistema de salud de primera “como el de Canadá, Inglaterra, Suecia, Dinamarca y Noruega”. Como siempre, bueno para vender esperanza, pero malo para entregar resultados. La realidad es que, hoy, el sistema de salud pública está peor que cuando terminó el sexenio de Peña. No se ha resuelto el eterno problema de millones de mexicanos que carecen de servicios de salud. Antes, por lo menos, algunos tenían el Seguro Popular con todos sus problemas. Hoy, ni eso. Y esto es una de las razones por las que ha crecido la pobreza en tan sólo dos años del sexenio donde los pobres irían primero.

               

           Twitter: @leozuckermann

Comparte en Redes Sociales