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Misión cumplida

Laura Rojas

Laura Rojas

Agora

Hace un año fui electa presidenta de la Cámara de Diputados, sin duda, el más alto honor que cualquier legislador puede tener y, al mismo tiempo, la más alta responsabilidad. El día que rendí protesta me comprometí a actuar con institucionalidad y respeto hacia todos y cada uno de mis compañeros y compañeras y, sobre todo, me comprometí a hacer mi trabajo con empeño, honestidad y profesionalismo, y ese fue el espíritu que animó mi conducta durante este tiempo.

Tuve el privilegio de ser la primera mujer en presidir nuestra cámara en la legislatura en la que, por primera vez en la historia, las mujeres estamos prácticamente representadas a la par que los hombres, es decir, en la Legislatura de la Paridad, y de representar a las 241 diputadas que la integramos. Desde el primer día comprendí que la silla que ocuparía durante este año no era mía, sino de todas ellas y, principalmente, de los millones de mujeres y niñas de este país.

Cuando una mujer llega a un cargo debe luchar por las demás, por eso, mi principal propósito fue impulsar la agenda de igualdad de derechos entre mujeres y hombres, particularmente el derecho a una vida libre de violencia, y a luchar en contra del feminicidio, de la brecha salarial entre mujeres y hombres y a favor de la igualdad para ocupar posiciones de toma de decisiones a lo largo y ancho del sector público. En este rubro, cumplimos, ya que, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, se reconocieron en la ley tres nuevos tipos de violencias: la digital, la obstétrica y la política; construimos una propuesta de tipo penal de feminicidio para su homologación en todo el país, y aprobamos las leyes en materia de paridad para garantizar el acceso igualitario de las mujeres a los espacios públicos de toma de decisiones.

El desafío más grande de este año fue mantener funcionando la Cámara de Diputados, a pesar de condiciones por demás difíciles: el bloqueo más largo de la historia del Poder Legislativo que, en noviembre pasado, nos obligó a sesionar en una sede alterna para aprobar el Presupuesto de Egresos de este año y la pandemia por covid-19, que nos hizo innovar y encontrar soluciones para seguir discutiendo y votando asuntos importantes para el país, como las leyes relacionadas al nuevo Tratado México, Estados Unidos y Canadá, la elección de las y los nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral, la compra de medicinas en el exterior, entre otros. En total, la Cámara de Diputados aprobó 6 reformas constitucionales, 10 nuevas leyes y 123 reformas a diversos ordenamientos legales.

La relación con otros Poderes de la Unión, con los congresos locales y con los órganos constitucionales autónomos fue respetuosa y productiva: recibimos, discutimos y aprobamos la propuesta de paquete económico 2020, llevamos a cabo la glosa del primer informe de gobierno del Presidente de la República y sostuvimos comparecencias con miembros del gabinete federal. En cuanto al Poder Judicial, a través de su titular, éste presentó su propuesta de reforma que pronto tendrá que ser discutida y votada.

En la era global en la que vivimos, la relación con otros parlamentos es indispensable para encontrar soluciones a los problemas comunes que enfrenta la humanidad. Por eso, respetando las medidas de austeridad y usando las plataformas digitales, realizamos un intenso trabajo de diplomacia parlamentaria.

En cuanto a la relación con los ciudadanos, ampliamos los canales de interlocución con el sector productivo, con la academia y con las organizaciones de la sociedad civil. Además, aprobamos lineamientos sobre parlamento abierto que institucionalizarán y mejorarán dichos canales.

Tras este año en el que tuve el privilegio de servir a mi país como presidenta de la Cámara de Diputados, sólo me queda decir: gracias a mis compañeras y compañeros por esta gran oportunidad.

Misión cumplida.

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