Claudia Sheinbaum, presidenta

Apoyará a los paisanos de México en el vecino país del norte, y siempre defenderá la soberanía de la nación.

Claudia Sheinbaum juramentó respetar la Constitución al rendir protesta de ley ante el pleno del Congreso de la Unión. Desde ese momento asumió la Presidencia de la República y con su arribo, el de todas las mujeres de la nación. Claudia tiene un ambicioso programa de gobierno de 100 puntos, todos importantes; entre los que vale la pena destacar el de seguridad pública y descenso de la violencia en todo el país, fundamentalmente en carreteras y zonas urbanas de la nación.

Omar García Harfuch está realizando la construcción del Centro Nacional de Inteligencia, así como de la Agencia Nacional Anticorrupción, instituciones clave para desmantelar los centros financieros y sus circuitos del crimen organizado, desde donde financian todas sus operaciones nacionales e internacionales.

Otra figura relevante, sin duda, será Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Economía, para atraer inversiones de todo el mundo y con esto fortalecer el desarrollo económico del país y así generar miles de empleos y lleguen los recursos a los bolsillos de todos los mexicanos. Ebrard, talentoso político mexicano, diplomático habilidoso, cumplirá sobradamente la responsabilidad que se le confirió. Claudia Sheinbaum definió a su gobierno humanista y liberal, pues anunció que gobernará “en territorio y no desde el escritorio”, como lo hizo en su momento el presidente Benito Juárez García, inspirada en sus antecesores nacionalistas.

La presidenta Sheinbaum también anunció su propósito de eliminar la reelección de diputados, senadores y presidentes municipales del país, que han hecho de esta práctica oprobiosa una regla para perpetuarse en el poder, pues sucede que muchos, después de gobernar, imponen a sus parientes y amigos como sucesores de su gestión.

Asimismo, anunció que su gobierno será sensible y cercano a la gente con la obligada división entre el poder político y económico. No se someterá a ningún poder político, económico o extranjero y trabajará por el interés supremo del pueblo y la nación, garantizará las libertades fundamentales que consagra la Constitución como son: la de expresión, de prensa, de reunión y de la movilización reafirmando su respeto por los derechos humanos para nunca usar la fuerza del Estado para reprimir a la ciudadanía. Libertades como la religiosa, la política, la social y la sexual serán base fundamental en materia del respeto a las personas y sus preferencias. Combatirá cualquier forma de discriminación, de manera importante el racismo y el clasismo. Apoyará a los paisanos de México en el vecino país del norte, y siempre defenderá a la soberanía de la nación sustentando su accionar en la teoría del diplomático Estrada, que acuñó el principio del respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia política o económica de una nación para otra.

Diría el presidente Juárez, “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Realizará consultas al pueblo, respecto de las grandes decisiones sometiéndose, desde luego, a la de la revocación de mandato, reduciendo el costo económico del oneroso aparato electoral y de las instituciones electorales que lo administran como el INE, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y sus correspondientes estatales. Habrán de permanecer los programas sociales de ayuda a la gente en estado de vulnerabilidad, como adultos mayores, mujeres embarazadas, jóvenes en plenitud de desarrollo académico, madres solteras, discapacitados, aumentando el número de beneficiarios del programa de niños y niñas de madres trabajadoras, prometiendo que la inflación económica nunca será mayor a los incrementos económicos que los sostienen. En 2025, un millón de mujeres de 60 a 64 años de edad recibirán este apoyo. Con Claudia Sheinbaum estrenaremos un novedoso y vigoroso Poder Judicial que habrá de ser útil a la justicia que todos los mexicanos anhelamos. ¿O no, estimado lector?

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