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El TLCAN 2.0, ¿con China o sin China?

José Luis Valdés Ugalde

José Luis Valdés Ugalde

 

Con el EU de Trump estamos ante un momento evidentemente proteccionista, aunque con sus excepciones. Por ejemplo, EU se muestra dispuesto a plantear límites cuando de tratados multilaterales se trata; sin embargo, se inclina a negociar acuerdos bilaterales, negociación uno por uno, que no está claro que le vayan a aceptar sus interlocutores. 

Tal fue el caso del TLCAN 2.0, en el que EU buscó originalmente un esquema de acuerdo bilateralista sin éxito. Además, no podemos dejar de lado las duras y persistentes críticas que Trump ha hecho a China sobre sus políticas comerciales, las cuales percibe como dañinas para el comercio en el mundo.

Mi argumento es que con lo anterior se contempla un escenario de múltiples modificaciones en las correlaciones de fuerza regionales y globales. Esto podrá abrir una brecha no conocida del todo en la relación de China y el mundo y, desde luego, entre los organismos internacionales, China, la UE y EU.

No se diga el hecho de que todos los actores económicos se moverán hacia un acomodamiento que busque evitar afectaciones de fondo a su red de relaciones comerciales y sus respectivos déficits comerciales. Debido al panorama descrito, podemos decir que China buscará nuevas alternativas en sus relaciones multilaterales. De hecho, sus autoridades ya han sugerido estrechar lazos con varios países que, como México, se verán afectados por la política proteccionista de Trump. Ciertamente, de ser esto correcto, estaríamos, en este momento de la globalización (positiva y negativa), ante la presencia de una nueva geoeconomía y una nueva geopolítica regional y mundial.

Será de vital importancia que México considere medidas disuasorias frente a la potencial crisis que se avecina a las puertas de Palacio Nacional a partir de la guerra comercial emprendida por EU; principalmente, de una mayor diversificación comercial con actores globales relevantes, con el fin de superar la creciente dependencia comercial (80%) que guarda la relación comercial de México con EU. Todo esto, ante las modificaciones inconvenientes para México que Trump ha intentado imponer en el marco de las negociaciones del TLCAN 2.0.

Complementariamente al argumento arriba expuesto, agreguemos que la anomia social, entendida como el menosprecio político, social y cultural, que tiene EU de la relación con México, durante la era Trump se intensifica. Esto ha provocado que la relación se arraigue en políticas tradicionales.

México podría exponerse a la imposición de aún más políticas restrictivas en todos los ámbitos de la colaboración bilateral. Y EU a que su política local y federal tiendan a constituirse a partir de su narrativa electorera populista antiglobalización en una expresión antimexicana. Razón de más para que México se blinde y aproveche la oportunidad que esta coyuntura le da para la diversificación.

Es de particular importancia resaltar de este tratado, el artículo 32.10 que anuncia que “los países firmantes del USMCA se comprometen a no signar acuerdos comerciales con economías que no sean de mercado”, implicando que “en el mundo “sólo” hay tres economías que no son de mercado: Cuba, Corea del Norte y China”.

Mensaje antichino clarísimo que infiltró EU en el borrador del nuevo tratado y que podría convertir al TLCAN 2.0 en el primer tratado comercial del mundo en contra de China. Y convertir a nuestro país en el esquirol por excelencia contra China, lo cual afectará nuestro trato con el gigante asiático.

¡Ojo, señores legisladores! Tienen en sus manos una bomba trumpista que no pueden dejar pasar y menos dejar que México sea usado en la cruzada antiChina de Trump, sin importar los motivos de EU, los cuales no pueden ser los de México, sobre todo porque México ya está trabajando con China con miras al estrechamiento de los lazos comunes. No hacer bien esto implicaría la entrega de la plaza. O como dice Edward Greenspan, negociador comercial canadiense, “no puedes hablar en serio acerca de la estrategia de diversificación si no incluyes a China en ella.

China posee cerca del 33 por ciento del crecimiento mundial. Es un número extraordinario. Es más que todo el resto de Asia combinado”.

 

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