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Lozoya y Ancira: el fraude de Agro Nitrogenados

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

Las órdenes de aprehensión y el congelamiento de cuentas bancarias decretadas para Alonso Ancira, principal propietario de Altos Hornos de México, contra esa empresa y contra el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, no están relacionadas con el caso Odebrecht, por el cual también está siendo investigado el exfuncionario, sino con la venta, a todas luces por lo menos sospechosa, por no decir fraudulenta, de la empresa Agro Nitrogenados.

Hace casi dos años, en agosto de 2017, decíamos aquí que en torno a Lozoya las investigaciones no se debían limitar al caso Odebrecht, con toda la importancia que el mismo puede tener.​ “Hay negocios, decíamos, incomprensibles y cerrados al ojo público (...) Agro Nitrogenados (una empresa que había sido privatizada en 1990) fue comprada en la friolera de 475 millones de dólares a Altos Hornos de México, a pesar de que estaba prácticamente cerrada, con la intención, se dijo, de reducir las importaciones y tener control del mercado de fertilizantes y derivados. El hecho es que no se llegó ni a la mitad de la producción esperada que hoy (en 2017) es un 5 por ciento menor a la que tenía esa empresa antes de la compra”. Fue una compra incomprensible, pero que tiene sentido cuando se comienzan a saber las operaciones financieras posteriores, entre Ancira y Lozoya, cruzando múltiples vías.

Esa operación es la que ha llevado a las órdenes de aprehensión en contra de Lozoya y Alonso Ancira, porque se han descubierto operaciones en las cuales se estaría regresando a Lozoya parte de los beneficios de esa operación. Las pérdidas que esa operación ocasionó a Pemex se estiman en unos 500 millones de dólares.

Lozoya tiene múltiples acusaciones en su contra, incluyendo el caso Odebrecht, pero hay que insistir en que esta investigación sobre la venta de Agro Nitrogenados no tiene relación con esa otra investigación, sólo se suma a las acusaciones en contra del exdirector de Pemex. Ancira, detenido en Mallorca, es también un personaje que en varias ocasiones ha estado en el ojo público por malos manejos financieros. En los 90 generó una serie de quebrantos que terminaron asumidos por el sistema bancario y más tarde por el Fobaproa. Nunca recuperó plenamente la confianza del sistema bancario nacional.

Pero tampoco esos son los únicos casos por los que Lozoya debería ser investigado. Al mismo tiempo que se hacía el negocio de Agro Nitrogenados, se produjo el caso Oceanografía. Amado Yáñez, su principal propietario, efectivamente había realizado un enorme fraude financiero contra Banamex y contra su propia empresa, pero la intención de Lozoya, ante ello, fue la de quedarse con la empresa, la principal contratista de Pemex, asociada a su vez con muchos otros contratistas privados, ofreciéndola incluso a distintos empresarios que terminaron distanciándose de ese negocio y provocando un daño enorme al sector, más allá de los delitos que había cometido Yáñez.

​Incluso, en plena caída de Oceanografía, Lozoya se reunió con uno de los acreedores del banco holandés Rabobank, para tratar de forzarlo a entregar la flota naviera que había rentado a Oceanografía. Tuvo que intervenir directamente el gobierno holandés ante el expresidente Peña Nieto para evitar que se obligara a esa empresa a entregar su flota, lo que ocasionó un fuerte, pero acallado, conflicto diplomático entre los dos países. Yáñez cometió un fraude con Oceanografía, pero tras la incautación de la empresa se intentó cometer, desde Pemex, uno aún mayor.

Odebrecht será el siguiente paso.

 
¿Qué les pasa?

Desde la etapa de transición, el Conacyt se ha convertido en el objeto de decisiones irracionales, casi ridículas. Se cortaron becas, protocolos de investigación, se redujeron presupuestos y hasta se propuso el cambio de los objetivos del centro, incluso contraponiendo la investigación científica a los grupos empresariales (cuando la dinámica entre empresa e investigación es cada vez más estrecha en el mundo). Y si en el tema de los medicamentos no se entiende qué sucederá y cómo está operando el gobierno federal, en el Conacyt menos.

El órgano rector de la ciencia y la investigación en México, decidió emprender unas durísimas medidas de austeridad, incluso cortando la luz a las cinco de la tarde en sus instalaciones y hasta prohibiendo cargar celulares en sus edificios (incluso calentar café) al mismo tiempo se contrató un servicio de catering, de comidas gourmet, con nutriólogo incluido, por 15 millones de pesos. Y la dirección del Conacyt dice que ésa es una conquista laboral. Sin palabras.

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