Logo de Excélsior                                                        

El verdadero peligro es el INE

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

El verdadero peligro para México es el INE. Para el presidente López Obrador, para la principal precandidata de Morena a la presidencia en el 2024, Claudia Sheinbaum, para el líder del oficialismo en la cámara de Diputados, Ignacio Mier, para el presidente del partido en el poder, Mario Delgado, no hay nada más importante en la agenda nacional que la propuesta de reforma electoral que presentó el Ejecutivo y que no tiene los votos ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado para salir adelante. De eso hablan todos los días, de eso trata su conversación en redes sociales, sobre ese tema son sus declaraciones a los medios.

Quizás tienen razón, nada es más delicado para el país que el INE, nadie tan desestabilizador para México como Lorenzo Córdova y sus cuates. Poco importa que nada haya logrado reducir la inseguridad y la violencia en estos cuatro años, que se sumen ya más de 140 mil homicidios dolosos y más de 30 mil desaparecidos en el sexenio, que haya tres mil muertos al mes, que haya aumentado el número de feminicidios.

Ante la exigencia de la reforma electoral del Ejecutivo, poco importa que, por ejemplo, en Zacatecas, los bloqueos en las carreteras sean casi cotidianos, que este fin de semana se haya intentado la enésima fuga de un penal estatal, con el corolario de otro violento motín, con varios policías y guardias heridos. Ahí mismo, en Zacatecas, donde el viernes fue asesinado un juez de control y una semana antes había sido emboscado y muerto un general de brigada y coordinador de la Guardia Nacional en el estado, el mismo día en que se cumplía un año de la implementación del Plan Zacatecas II. En Acapulco, donde hay otro operativo especial sin éxitos aparentes, ayer se dieron otras dos masacres, de ésas que ya no existen: ocho muertos. En Nuevo León, en menos de una semana, 16 asesinatos. Las muertes cotidianas en Guanajuato o Michoacán ya casi no son noticias.

Que el Comando Norte de la Defensa estadunidense considere que 30 por ciento del territorio nacional está bajo control del crimen organizado o que la DEA diga que en 70 por ciento de México los grupos criminales desafían al Estado, o que buena parte del fentanilo ilegal que se consume en Estados Unidos y que provoca, año con año, decenas de miles de muertos, proviene de México, no es problema, lo que hay que resolver con urgencia es qué vamos a hacer con el INE.

No importa si sigue el desabasto de medicamentos, si mueren 22 personas, entre ellos bebés y niños, en Durango por meningitis, porque se compraron medicinas en el mercado negro, como ya había ocurrido hace meses en el hospital de Pemex en Tabasco, o que buena parte de la población siga sin estar actualizada en la vacunación contra covid o la influenza.

El problema en realidad es el INE, no los conflictos comerciales o energéticos en ciernes con Estados Unidos. No es grave que estemos a punto de ir a dos paneles comerciales por violaciones del T-MEC en temas energéticos o agroindustriales, porque hemos impulsado una legislación restrictiva para energías verdes e inversores privados en el ámbito energético o que estemos, en los hechos, bloqueando buena parte de las importaciones de maíz amarillo y otros productos agrícolas, con la legislación sobre semillas genéticamente transformadas y la prohibición de usar fumigadores como el glifosato, lo que pone en graves problemas, con ambas medidas, no sólo a las importaciones, sino también a los productores agropecuarios nacionales (que son, a su vez, grandes exportadores).

Tenemos que resolver lo del INE, porque la economía no tiene problema alguno: apenas una inflación anualizada superior a ocho por ciento, los tipos de interés del Banco de México en 10 por ciento, los más altos en muchos años, con lo que las tasas de interés que pagan quienes quieren o tiene un crédito o deuda variable se han incrementado de forma notable; con tasas de crecimiento que todavía no regresan la economía a niveles anteriores a los de la prepandemia, y con los costos de obras emblemáticas del sexenio, como la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, que se han más que duplicado. Nada de eso es problema, quizás porque las remesas que envían nuestros paisanos desde Estados Unidos suman 50 mil millones de dólares al año, sin lo cual muchas comunidades estarían lisa y llanamente en una crisis absoluta.

 

  •  

 

Concentrémonos por favor en lo importante, que es el INE, no intetesa que ayer mismo la OEA (donde, además, apenas sacamos ocho por ciento de los votos en la elección de su nuevo secretario general, que para colmo quedó en manos de un economista brasileño) haya declarado que el sistema electoral mexicano no requiere de reformas profundas para garantizar el voto, dado que cuenta con experiencia y fortaleza en la administración de los comicios. Lo que urge es la reforma electoral, porque no sólo el INE es conservador y Lorenzo Córdova es algo así como el Osama bin Laden de la democracia en México, sino porque son ellos los que ponen en riesgo al país.

Comparte en Redes Sociales