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Drogas, la carta que guarda Trump

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

 

Donald Trump inició en Orlando, Florida, su campaña para permanecer en la Casa Blanca cuatro años más y no soltará ni por un segundo el tema que le ha generado un enorme beneficio en los últimos días, el de la amenaza a México con aranceles para así detener la creciente migración ilegal.

Pero debemos recordar que la migración no es la única carta que tiene Trump en contra de México. Estados Unidos insiste, con datos duros, que cada vez ingresan más drogas desde México a su país, lo que se combina con la dramática caída de los decomisos de droga en el nuestro.

En otras palabras, según la administración Trump, mientras estuvimos dejando pasar migrantes, también dejamos pasar drogas.

En una serie de tuits publicados en abril pasado, el presidente de Estados Unidos escribió que “estoy buscando una sanción económica para los 500 mil millones dólares en drogas ilegales que son enviadas y contrabandeadas a través de México y a través de nuestra frontera sur. Más de 100,000 americanos mueren cada año, por lo que hay muchas familias destruidas!”. Y dio un año para revertir la situación.

Semanas después, ya en mayo pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza informó que desde octubre de 2018 se había incrementado exponencialmente el trasiego de drogas en la frontera.

La agencia informó que, entre octubre y abril pasados, las autoridades estadunidenses incautaron 55 mil kilos de mariguana, 14 mil de cocaína, 12 mil de metanfetaminas, mil de heroína y 425 de fentanilo. Lo que significó, según la agencia de protección fronteriza, un incremento de 300 por ciento en el tráfico de drogas. Con tendencia a aumentar en la medida en que transcurría 2019.

En esos mismos meses, el decomiso de drogas en nuestro país cayó dramáticamente, mientras que desde el inicio del sexenio el narcotráfico no ha recibido ningún golpe significativo. En Estados Unidos se entiende que de la misma forma en que se abrió la frontera para el paso de migrantes, también se atenuó seriamente el combate al narcotráfico, lo que es coherente con las promesas de campaña que hizo en su momento Andrés Manuel López Obrador como candidato, incluyendo la posibilidad de una amnistía a los traficantes.

Esas visiones han topado con la realidad. La política de puerta abierta y facilidades para alcanzar la frontera norte y tratar de ingresar a Estados Undios nos han costado una crisis con la Casa Blanca pero, por sobre todas las cosas, nos ha dejado a la defensiva y en una situación de debilidad. La carta del tráfico de drogas, cuando la ejecute la administración Trump (y no falta mucho para ello), será una carga más pesada aún.

Después de la advertencia de abril, cuando estalló el tema de los migrantes semanas atrás, Trump volvió a tocar el de las drogas, aunque el peso lo mantuvo en la migración. Esta misma semana, la administración estadunidense ha insistido en que el 90 por ciento de la droga que ingresa a los Estados Unidos lo hace desde México y en que ha habido el año pasado 60 mil muertos por sobredosis de opiáceos, de los cuales 15 mil fallecieron por sobredosis de heroína o sus derivados ingresados desde México.

Cuando comenzó la crisis migratoria dijimos que por supuesto era algo que Donald Trump estaba utilizando para su beneficio y su campaña electoral. Pero que también era un problema de agenda interna, de seguridad interior y nacional. Que no podíamos tener una frontera abierta por donde ingresaran decenas de miles de personas sin que supiéramos siquiera quiénes eran, de dónde venían y a qué se dedicaban. Era una crisis humanitaria, pero también de seguridad. Se cambió la política y se está asegurando la frontera, pero se hizo luego de las amenazas de Trump y lo que era una decisión soberana se percibe como una imposición externa.

Con el tema de las drogas pasará lo mismo. Si no se ejecuta una amplia vuelta de tuerca que garantice el aumento de decomisos y el desmantelamiento de redes del narcotráfico, el problema estallará en las siguientes semanas y será mucho más complejo de resolver que el migratorio. La política ante el narcotráfico no sólo nos está creando una crisis anunciada con Estados Unidos, si buscaba la pacificación ya fracasó y ha sumergido a nuestro país en una ola de violencia e inseguridad mayor aún a la que veníamos arrastrando. Los números del último semestre no mienten y lamentablemente los que exhiben en Estados Unidos tampoco.

Antes de que Donald Trump juege la carta del narcotráfico, debemos cambiar nuestra estrategia y hacerlo, antes de las amenzas, por nuestro interés social como nación.

 

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