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Cárdenas, la expropiación, el diálogo

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

Mañana se celebrará con una gran concentración en el Zócalo un nuevo aniversario de la expropiación petrolera. En realidad, será una magna manifestación en apoyo al presidente López Obrador, donde se entremezclarán las demandas contra el intervencionismo extranjero, con un discurso que pone la expropiación decidida por Lázaro Cárdenas, como uno de los capítulos más importantes de nuestra historia reciente, en una narrativa de blancos y negros que se aleja, como siempre, de la realidad.

Hace dos años hablé con Cuauhtémoc Cárdenas de la expropiación, pero, sobre todo, de cómo leerla en la actualidad. Me parece que la entrevista tiene plena vigencia, incluso para usarla como contraluz de lo que se dirá mañana.

JFM: El petróleo ha marcado la historia contemporánea de México. Hoy, el gran debate que tenemos es la pasada Reforma Energética y la Reforma Eléctrica que está intentando implementar el gobierno del presidente López Obrador, ¿cómo ve la coyuntura actual en todo este debate?, ¿hacia dónde se puede y se debería avanzar?

CCS: Primero querría recalcar que el petróleo no ha perdido ni va a perder importancia por mucho tiempo. Entonces, lo que veo es que tenemos que hacer un manejo razonable del petróleo. Sí, efectivamente, lo tenemos que ir sustituyendo, yo diría que al ritmo más acelerado posible, como combustible, en términos generales, para pasar a las energías limpias, pero el petróleo debe recuperar, en el caso de México, su papel de conductor del crecimiento económico y de la industrialización a partir de desarrollar a profundidad y en todo lo posible nuestra petroquímica... debemos, y esto me parece que es parte de una política inteligente, entre otras cosas, empezar a utilizar bien el petróleo y nuestras materias primas, esto es pensar, por ejemplo, en darles valor agregado, en industrializar aquí el petróleo a través de la petroquímica, a darle el valor agregado a los minerales que estamos exportando, en el mejor de los casos, como concentrados o, francamente, en bruto. Tenemos que pensar en cambios fundamentales en la conducción de nuestra política económica y en cuáles son los recursos, afortunadamente muy variados y abundantes, de los que México puede disponer para un mejor futuro para todos los mexicanos.

JFM: A ver, ¿entonces está equivocada o debe ser ajustada la política energética de la actual administración?

CCS: Mira, yo creo que el primer ajuste que tendrá que darse o tendría que darse es buscar crecimiento económico. El crecimiento económico quiere decir que requerimos mayores inversiones en distintas ramas de la producción y de los servicios y, en esto, es indispensable pensar muy seriamente en una profunda reforma fiscal, necesitamos que el país colecte, que el Estado recaude más recursos para invertirlos en el desarrollo, racional e inteligentemente en nuestro desarrollo. Tenemos que buscar, como lo han hecho muchos países, Jorge, aquellas ramas o, como dicen a veces los economistas, algunos nichos, donde realmente podamos multiplicar los beneficios, derramarlos hacia regiones, sectores sociales, hacia distintas ramas de la propia economía productiva.

JFM: Ahora, no estamos creciendo, hemos tenido en 2020 el mayor decrecimiento histórico que ha tenido México. ¿Cómo se puede activar ese crecimiento?

CCS: Yo diría que poniendo en práctica lo que los economistas llaman políticas contracíclicas, esto es, que no sigamos haciendo lo mismo que se hizo en estas décadas anteriores, que simplemente reproducía la crisis, hacíamos lo mismo, se repetía la crisis y volvíamos a hacer lo mismo, y teníamos una nueva crisis. Entonces, lo que tenemos que hacer es ir a políticas contracíclicas que signifiquen crecimiento de la economía, pero que requieren inversión, este tipo de políticas requieren dinero y, en el caso nuestro, pues exige una profunda, amplia, racional y equitativa reforma fiscal.

JFM: Eso para la inversión pública, pero para la inversión privada también hay que dar los incentivos correctos para que esa inversión privada crezca.

CCS: Una reforma fiscal requiere, efectivamente, de contraprestaciones, ¿cuáles son las contraprestaciones que se le van a dar a la inversión privada?, no privilegios, esto tiene que quedar muy claro, no privilegios, pero sí cómo vamos a alentar para que una rama industrial crezca, para que las empresas se desenvuelvan, para que se multipliquen.

JFM: Hay quienes dicen que parte de la polarización que vive el país impide ese crecimiento o le pone obstáculos a ese crecimiento.

CCS: Yo creo que, frente a las diferencias, lo que racional y responsablemente procede es buscar los diálogos, no quiero decir que haya que ceder en todo o imponerse en todo. Y, ante la escasez de fondos, que siempre serán escasos, aunque hiciéramos la reforma fiscal más profunda, etcétera, hay que ver a dónde se orienta ese esfuerzo, cómo se orienta económica, financiera y políticamente, porque esas inversiones tienen que estar protegidas, no privilegiadas, pero sí protegidas... La pandemia nos ha generado más de dos millones de empleos formales perdidos, tenemos en estos últimos tiempos más de diez millones de personas incorporadas al sector de la pobreza, es decir, no podemos seguir haciendo lo mismo porque lo que vamos a ver crecer es el número de pobres y desempleados o la informalidad… Éste es el gran reto que tiene el país por delante.

Hasta ahí parte de esa plática con Cuauhtémoc. Recordémoslo mañana.

 

 

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