Van contra usted, sus derechos y su dinero

El gobierno de Morena le está quitando a los mexicanos el derecho a defenderse ante una ley o norma emitida por el Congreso.

En las próximas elecciones algo más que la Presidencia está en juego. Se trata de la Constitución, los derechos de las personas para decidir o cambiar el rumbo de un gobierno y frenarlo cuando éste rebase los límites de la legalidad. En una palabra, el régimen de libertades es por lo que los mexicanos habrán de votar y el pronóstico luce complejo.

Ejemplifiquemos con tres hechos recientes. El primero, Morena y su intención de desmantelar la Suprema Corte y controlar a la Judicatura Federal, es decir, que los juzgadores federales no sean autónomos desde su designación, sino que resuelvan en favor de las autoridades.

Esto, en esencia, implica violar la Constitución y los tratados internacionales para minar la independencia que ha logrado —a través de sus valiosas resoluciones— fortalecer el régimen de libertades, ampliarlo y frenar acciones de gobierno que pasan sobre la Carta Magna.

El proyecto transexenal del lopezobradorismo pasa sobre los derechos humanos, los medios de defensa de las personas, sobre el feminismo y, ahora lo vemos con toda crudeza, sobre un Poder Judicial independiente.

Si no existe Estado de derecho ni contrapesos, hay autoritarismo, abuso. Y aquí es donde una parte de los mexicanos debe preguntarse hasta dónde y cómo debe defenderse este pilar democrático que quiere demolerse para afianzar un régimen de corte autoritario.

Se busca crear una gran distracción atacando a la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, por el hecho de iniciar una investigación a la que está obligada para no ser omisa. Pero ése ni siquiera es el fondo.

La pregunta es si la candidata de Morena es capaz de sumar ese activo negativo que le haría presentarse frente al electorado como quien ha tomado la estafeta de la demolición de la independencia judicial. O actúa para complacer al Presidente en turno, a pesar del riesgo para su avance electoral.

Y es pertinente la reflexión porque, si forma parte de su campaña, entonces todo lo que se haya dicho y ofrecido, como el respeto a las inversiones privadas y foráneas, está bajo sospecha. Los capitales no están seguros en un país donde su Poder Judicial no garantiza independencia.

Si asume de su autoría la campaña de linchamiento contra la ministra presidenta, entonces le da la razón a todos los que llaman a votar en su contra por no representar un proyecto distinto o matizado. Habrá que ver.

El segundo hecho es el más grave retroceso que se da en contra de los derechos humanos, con la contrarreforma a la Ley de Amparo que deja en la indefensión a millones de mexicanos, al impedir a los jueces federales conceder la suspensión provisional o definitiva contra normas generales.

Esto, en términos llanos, implica que el gobierno de Morena le está quitando a los mexicanos el derecho a defenderse ante una ley o norma emitida por el Congreso. Por qué lo quiere, muy sencillo, porque ahora le van a quitar su dinero a todos los trabajadores que han ahorrado toda su vida en las afores.

O si mañana el Ejecutivo ordena a sus legisladores emitir una ley que expropie técnicamente los bienes de compañías, no habrá medio de defensa vía amparo que lo impida. ¿Quiere más ejemplos?: ahí tiene la destrucción de las selvas, la contaminación de las refinerías, la participación del Ejército en labores de seguridad pública y un largo etcétera.

Por último, el fraude procedimental de las afores. Actuando al peor estilo, Morena quiso engañar a la oposición presentando un dictamen en el que el gobierno federal no sólo se apropiará del dinero de los trabajadores mayores de 70 años que no hayan manifestado que retirarán sus ahorros, sino a edades más tempranas. Y las grandes centrales obreras ya fueron amenazadas.

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