Roy White se convirtió en un bateador ambidiestro desde niño al jugar con sus amigos del barrio. Un calcetín relleno de retazos de tela y reforzado con una cinta adhesiva se transformaba en pelota. Cualquier palo o vara con el que se cruzaran se convertía en el mejor bat. Entonces, si en su juego imaginario venía a batear “Stan Musial”, se colocaba como zurdo, pero si el que tomaba su turno era “Willie Mays”, entonces se cambiaba a la derecha.
Esa habilidad que adquirió desde su infancia llevaría a Roy White a convertirse en uno de los mejores bateadores ambidiestros en la historia de los Yankees de Nueva York, aunque con un perfil bajo entre la lista de las leyendas que han pasado por este equipo.
White jugó sus 15 años sólo con los Yankees. Le tocó ser parte de los años de sequía a mitad de los 60, que se extendió hasta 1976, cuando el equipo regresó a una Serie Mundial. Fue parte importante de tres títulos de la Liga Americana y de los dos campeonatos consecutivos de Serie Mundial que ganaron a los Dodgers en 1977 y 1978.
En el segundo de esos campeonatos, un jonrón, en el tercer juego de la serie frente al pitcher Don Sutton cambió el rumbo, ya que Yankees se levantaba de una desventaja de 0-2 para coronarse en seis juegos.
En aquella Serie Mundial tuvo una participación destacada al batear ocho hits en 24 turnos, empujó cuatro carreras y la estadística más impresionante es que anotó en nueve ocasiones.
White fue la clase de jugador que convertía en mejores a peloteros a quienes lo rodeaban. No peleaba por el protagonismo, pero aparecía en el momento que el equipo lo necesitaba. En el dugout se ganó el respeto de todos, mientras que en el terreno mostraba confianza.
Mickey Mantle mencionó que Roy White jugó al nivel de los mejores Yankees de la historia, mientras que expertos analistas lo colocaban como un jardinero de mayor valía que algunos de los que lograron llegar al Salón de Fama, como Jim Rice.
Se mencionaba que tal vez fue la falta de carisma que no le llevó a nivel de leyenda, pero al californiano no le importaba.
Tuvo ofertas de otros equipos al llegar a la agencia libre por primera vez en 1980, pero decidió mejor irse a jugar a Japón que traicionar el uniforme a rayas.
A su retiro mantuvo un perfil ejemplar y creó una fundación para ayudar a jóvenes de escasos recursos a seguir con sus estudios.
Roy Hilton White cumple hoy 82 años y su recuerdo aún se mantiene entre los aficionados que fueron testigos de sus hazañas.
Roy White no fue el rostro más visible de los Yankees, pero sí uno de los más representativos de sus valores históricos.
