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La República de las Letras

Humberto Musacchio

Humberto Musacchio

La República de las letras

 

ECHA LA UV A LIBRERÍA EDUCAL

Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana, decidió expulsar del Museo de Antropología de Xalapa la librería que ahí tenía Educal desde hace veinte años. Según oficio de la administradora del museo, Martha Cabrera Jiménez, el desahucio fue “por ya no convenir a los intereses de la Universidad”, porque seguramente los universitarios ya no necesitan libros y tampoco la sociedad jalapeña. En otras fuentes se habla de los adeudos que la librería tenía con la UV, pero el monto es de sólo ciento tres mil pesos, los que Educal ofreció pagar en tres entregas. En realidad, tal adeudo era sólo el pretexto. La señora Ladrón de Guevara, quien, por cierto, ha sido dos veces directora del citado museo, nunca simpatizó con la existencia de una librería en ese recinto, donde ahora se propone instalar una tienda de playeras, banderines, tarjetas postales y otras chucherías, muy a tono con su idea de “la cultura”. El pequeño detalle es que el periodo de la rectora termina en unos meses y otorgar a prestanombres la concesión para una tienda como la que proyecta bien podría aumentar sus ingresos como exrectora. Para ella sería un buen negocio, pero de ninguna manera para la cultura.

 

MEMORIAS DE RITA MACEDO

Siempre se ha dicho que en México se cultiva muy poco el género de memorias, a lo que debemos agregar que todavía más escasos son los trabajos autobiográficos escritos por mujeres. Rompe con lo anterior un libro intenso, desgarrador incluso, revelador de las interioridades de nuestro star system, lleno de nombres famosos y de momentos relevantes del cine y el teatro de México. Se trata de Mujer en papel. Memorias inconclusas de Rita Macedo, reunidas, retrabajadas y presentadas por su hija, Cecilia Fuentes. El elenco no puede ser más brillante: su marido, Carlos Fuentes, Julissa, Luis de Llano padre e hijo, Ernesto Alonso y Adolfo Orive Alba (el amor clandestino de la protagonista), además de cientos de amigos bendecidos por la fama. La autora, actriz bienamada por el público, pero no siempre por los productores, se muestra como una mujer de batalla que se prostituye para sobrevivir, que contempla, impotente, las infidelidades de su amadísimo marido, que vive en conflicto con el mundo, que tiene una relación difícil con los hijos y que, finalmente, opta por el suicidio. Dicho así, parece libreto de película, pero la realidad, como se sabe, suele ser más compleja. Libro formidable, pese a los muchos descuidos de los editores (Trilce).

 

RAMÓN GARCÍA-PELAYO Y GROSS

Para quienes nos formamos teniendo al lado el Pequeño Larousse Ilustrado, Ramón García-Pelayo y Gross es uno de nuestros héroes culturales. Con él, la manuable enciclopedia llegó a las mayores alturas, pues su hechura estaba guiada por la erudición, el sentido práctico, la información oportuna y la brillante inteligencia de García-Pelayo, de quien el actual Larousse ni siquiera incluye una pequeña ficha biográfica. Gracias a la lexicógrafa Beatriz Enríquez, hermana del escritor y director teatral José Ramón Enríquez, sabemos que “García-Pelayo, como buen andaluz, tenía muchísimo ángel y estando él no parábamos de reír”, que trabajaba en una “cueva”, en la editorial Larousse, “llena de libros y de periódicos de todos los países de habla hispana”, porque la prensa, dice con acierto Beatriz, es “elemento esencial para la elaboración de diccionarios”. Después de varias décadas de trabajar para la editorial parisina, un joven ejecutivo de la empresa le dijo que debía jubilarse para dejar su lugar a “jóvenes informáticos que, según la nueva dirección, elaborarían mejor y más rápido los diccionarios”. Don Ramón se vio obligado a salir y en 2008, cuando había cumplido ochenta años, murió en París, seguramente de tristeza al ver lo que habían hecho con la obra de su vida.

 

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