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Debates, en plural

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

Es natural que resalte el interés por la carrera presidencial que ha ocupado en los últimos meses, o quizás desde el año pasado, el espacio en los medios de comunicación y en las redes sociales. En las conversaciones en restaurantes, cantinas, reuniones con familiares y amigos, la pregunta obligada es ¿por quién vas a votar?

No obstante, por el gran número de candidatos y puestos de elección popular en juego, el mapa político del país se verá sacudido por los resultados para conformar el Congreso de la Unión, nueve gubernaturas y presidencias municipales. Para los que vivimos en la Ciudad de México, elegiremos, por primera vez, a un gobernador. Empezará una nueva etapa en la capital de la República, regida ahora por una Constitución desconocida para la mayoría de sus habitantes. ¿Significará un cambio real en nuestra vida cotidiana?

Este proceso electoral se distingue de los anteriores por tres elementos principales: El enorme número de puestos de elección popular en disputa (3,406), la presencia de candidatos independientes, la creciente influencia de las redes sociales.

Respecto a la inclusión de hombres y mujeres que de manera formal no están afiliados a ninguna asociación política y que por ende se les denomina “independientes”; por la Presidencia quedaron Margarita Zavala y el inescrupuloso y oportunista, Bronco. Es plausible que una mujer participe en esta contienda, su simple presencia coadyuva a legitimar la equidad de género, uno de los grandes pendientes de nuestra sociedad. La inclusión en la boleta de El Bronco pasará a la historia como un incidente vergonzoso para los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que votaron en su favor. El daño que han hecho a la credibilidad de una de las pocas instituciones que gozaba de reconocimiento social, pesará siempre en el balance de su gestión.

Lo que no debemos olvidar es que competirán decenas de independientes para muchos otros puestos, donde destaca el casi seguro ganador Manuel Ponce Huerta para gobernador de Jalisco y el respetado Pedro Kumamoto para senador por Jalisco. Pero no sólo ellos han decidido tomar esta ruta, muchos otros hombres y mujeres, jóvenes en su mayoría que no se conformaron con cuestionar a los partidos políticos, sino que, con muy pocos recursos, pero enorme voluntad, son aire fresco para nuestro descompuesto ambiente político.

Es ya conocida la influencia que tienen las redes sociales. Éstas se han convertido en un factor de enorme trascendencia en la política electoral.  La intrusión cibernética es una nueva forma de hacer política, no sólo doméstica, sino internacional. En México se estima que 81 millones de personas tienen un celular, más del 80% usa internet e ingresa todos los días a las redes sociales para manifestar su frustración y alegría; así como para compartir sus experiencias y problemas. En estas elecciones, el objetivo será moldear la opinión de los 12.8 millones de primeros votantes, jóvenes entre 18 y 25 años.

Los riesgos son reales: Un uso mal intencionado de las redes sociales, ataques cibernéticos, intrusión o alteración al Registro Nacional de Electores. Esperemos que el INE se haya blindado con suficiencia. ¿Se imagina usted el efecto que tendría si “se cae el sistema”?

No sé usted, estimado lector, pero a mí me llegan diario múltiples videos, noticias, memes con contenidos cada vez más agresivos, violentos, y en muchas ocasiones distorsionados o falsos. Nos debe preocupar que en un momento en el que grandes segmentos de la sociedad mexicana están enojados con el sistema político, frustrados con los avances de nuestra democracia, de nuestro precario Estado de derecho, con pobres expectativas económicas, se aliente de esta manera el divisionismo, el encono, la difamación y el miedo con el que vivimos cada día de sufrir una agresión a nuestra integridad física.

Ojalá que muchas personas vean este primer debate presidencial, al igual que los que tendrán lugar en la disputa por otros puestos de elección popular. Esperemos que los hombres y mujeres que participarán en ellos entiendan que los votantes no necesitamos más incertidumbre, ataques y descalificaciones. A todos nos urge certidumbre, claridad en sus propuestas, que se presenten con palabras sencillas, comprensibles, pero, sobre todo, que nos den tranquilidad y esperanza de recuperar nuestro orgullo de ser mexicanos.

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