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América del Norte futbolera

Gustavo Mohar

Gustavo Mohar

En 2026 participarán por primera vez 48 equipos, de los 80 partidos que se jugarán, 60 serán en Estados Unidos, 10 en Canadá y 10 en México. La final, por supuesto, será en alguna ciudad del primero. ¿Qué pasará si México es finalista? ¿Nos abrirán las fronteras para poder asistir al juego y animar a nuestros jugadores?

Se estima que dejará una derrama de 14.3 miles de millones de dólares y se espera una venta de aproximadamente 5 millones de boletos, es posible que se rompan récords de asistentes y de ingresos.

Trump, tras amenazar a los países de la FIFA, que más les valía votar por América del Norte, presume ahora que, gracias a él, se logró la sede; deja de lado que tuvo que suscribir una carta donde se compromete a revisar su política migratoria para permitir la llegada a su país de nacionales que hoy no pueden: Los musulmanes y centroamericanos, entre otros. Me imagino que les pedirá ir vestidos con los uniformes de su selección, gorras, banderas y boleto del avión de regreso para el día siguiente en que queden eliminados.

Curiosa asociación en momentos donde la región enfrenta un nivel de antagonismos no visto desde hace muchas décadas. De los tres países, México sí tiene una tradición futbolera, casi todos, y cada vez más casi todas, hemos jugado futbol en algún momento de nuestra vida y nos hemos frustrado al ver cómo eliminan a nuestra selección, que no logra romper el techo del cuarto partido.

Estados Unidos ha ido adquiriendo el gusto por este deporte, es conocido que a Henry Kissinger, el cuestionado Premio Nobel de la Paz, como buen alemán de origen, le gusta el fut, promocionó de manera activa su difusión en Estados Unidos y logró que el genial Pelé se fuera a jugar a éste.

Para nosotros, lo hecho por Kissinger no ha sido una buena noticia, pues antes de este nuevo interés en el futbol soccer: Ganarles a nuestros vecinos del norte estaba dado, y nos daba un morboso gusto derrotarlos sin piedad. Hoy las cosas cambiaron, y si bien no asisten al Mundial en Rusia, el nivel de su selección nos hace la vida difícil en cada partido. Ya me imagino el trabuco que van a armar para 2026…

Canadá tiene como deportes nacionales el hockey sobre hielo, el esquí de montaña, la pesca de salmón y las caminatas por sus enormes bosques.

La selección canadiense ganó en 1985 la Copa Oro de la Concacaf, con lo que pudieron calificar al mundial del 86 en México, y desde entonces no han vuelto a participar. Es más, sus tres mejores equipos son parte de la liga profesional de futbol en… ¡Estados Unidos!

A su favor, su jugador más destacado es Alphonso Davies, de 17 años, nacido en un campo de refugiados en Ghana, se mudó a Ontario a la edad de cinco años, donde juega para el equipo Vancouver Whitecaps (recomiendo ver el documental Becoming Canadian: The Alphonso Davies story)

En 2026 ya no estará Trump en la Casa Blanca (esperemos) ni Trudeau será primer ministro (lástima), y en México tendremos al sucesor del que gane este próximo 1º de julio (de Morena, del nuevo PRI o del nuevo PAN, o del nuevo PII —Partido Independiente, muy Independiente—).

Tal vez habremos renegociado el TLCAN, tendremos miles de refugiados centroamericanos en Chiapas, se habrá legalizado en parte las drogas, y los robots empezarán a sustituir millones de trabajadores que vivirán de una renta básica universal.

Por lo pronto, espero que al salir esta columna, Alemania haya sufrido su primera derrota.

           *Con la colaboración de Helden de Paz

                y Joaquín Mancera.

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