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Frentes Políticos

Frentes Políticos

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1.  Los criticones. Reapareció Ricardo Anaya, excandidato presidencial y la fotografía en donde se reúne con Gustavo Madero, su antecesor en la presidencia del PAN, se difundió rápidamente. Esta “viralización” de la imagen, por desgracia, no fue del todo por el motivo del encuentro entre connotados panistas, que fue dialogar sobre el retorno a Anaya a la actividad política hacia las elecciones de 2021, y el destino del PAN, que cumple 80 años de su fundación, sino los detalles nimios, cuya pequeña importancia se potencializa en redes sociales. Mientras Anaya y Madero hablaban sobre la necesidad de formar una “mayoría opositora” al gobierno actual, los internautas criticaban hasta el cansancio la diminuta propina que dejaron sobre la mesa, tan deslucida, dicen, como el rumbo del albiazul que dirige Marko Cortés.

2.  ¿Perdón y olvido? Es evidente que el encierro ha minado físicamente a Mario Villanueva, exgobernador de Quintana Roo, acusado de peculado y delitos contra la salud. Ha expresado en las últimas semanas, su petición al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que sea sujeto de una amnistía con cualquier figura jurídica que le permita su libertad. La 4T aguzó el oído y le escuchó. Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, consideró que el exmandatario cumple los requisitos de ley para compurgar el resto de su pena en prisión domiciliaria. Aunque precisó que la última palabra la tiene el juez. La libertad de uno de los políticos en desgracia por corrupción queda en manos de los tribunales. Perdón, quizás. Olvido nunca.

3.  Reclamo. A dos años de los sismos lo que se respira es exigencia. De que las escuelas derrumbadas se levanten, que los pueblos alejados no se olviden, que los damnificados vuelvan a sus hogares. Pero sobre todo, de que haya justicia, porque si de algo están convencidos los mexicanos es que los terremotos matan, pero más, la corrupción. A dos años, por ejemplo, no ha habido justicia para los niños del Colegio Rébsamen. Siguen durmiendo en las calles los vecinos de los edificios de Tlalpan, entre tantos otros, en espera de la reconstrucción. Confirmó ayer Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que hay diversas investigaciones contra exfuncionarios por el delito de uso ilegal de atribuciones por el otorgamiento de permisos. La pregunta es: ¿y cuánto más debemos esperar? No metamos al cajón la justicia que les debemos a nuestros deudos. Eso no.

4.  La soledad lacera. Rosario Robles, quien creció políticamente a la sombra del PRD, pero consolidó su carrera en administraciones contrarias a la ideología de izquierda, desde prisión afirmó que es rehén y víctima de artimañas. A través de una carta, Robles, recluida en Santa Martha por el presunto delito de ejercicio indebido del servicio público, exigió un juicio justo. “¿Por qué esta saña?”, cuestionó, y aseguró que enfrenta una ofensiva de “múltiples artimañas” por parte de las instituciones mexicanas que atentan contra su derecho de presunción de inocencia y al debido proceso. Consideró que se encuentra en calidad de rehén porque el delito del que se le acusa no es grave y, en tanto, podría ameritar otras medidas cautelares que no sacrifiquen su libertad. Ah, nos hace recordar al edil que robó, pero nomás poquito. Lo cierto: los políticos la dejaron sola. Y eso duele.

5.  Magos. En época de desgracias, como lo han sido los sismos, se aparece el buen México. Se asoma con los rezos, con las manos que buscan vidas, con los puños en alto pidiendo silencio, con las muestras de solidaridad. Las tragedias hacen coincidir a los mexicanos. Pero también se hacen presentes los malos servidores públicos, aquellos que desvían los fondos de ayuda. De acuerdo con reportes de la Auditoría Superior de la Federación, a cargo de David Colmenares, el manejo de los recursos por los sismos de 2017 dejó daños al erario. Las trampas para desaparecer el dinero ya son investigadas. Los funcionarios involucrados no tardan en pisar la prisión. Bueno, eso dice el librito, pero los corruptos en México siempre tienen un conejo en la chistera. Y la libran.

 

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