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Lord Me vale madres

Francisco Zea

Francisco Zea

Línea estratégica

 

Dicen los clásicos: “El poder a los inteligentes los marea, pero a los pendejos los vuelve locos”.

Sin temor a equivocarme debe de ser la octava vez que hago el mismo llamado y aclaración: ningún candidato de Morena, salvo en contados casos, ganó ningún puesto de elección popular por su esfuerzo, por su campaña, por su capacidad o resultados. Todos ganaron gracias al impulso de López Obrador y su aplanadora. El principal cáncer de esta 4T son los políticos que, después de haber ganado en la ola lopezobradorista, están instalados en la soberbia y la estupidez. Sin duda, uno de los casos más extremos es el de Lord Me vale madres, el egregio e irresponsable gobernador de Morelos, nuestro Cuasimodo, que no sufrió daño en el incendio de Notre Dame, pero se le chamuscó lo poquito que tenía de sesos y sin estar en el célebre incendio.

El viernes me topé a Cuauhtémoc Blanco en un restaurante. Ante los importantes desencuentros que hemos tenido, derivados de su activismo en contra de Alberto Capella, execretario de Seguridad Pública de Morelos y actualmente de Quintana Roo, quien es mi amigo y respeto su trayectoria y trabajo, y ante su reclamo por mi crítica a su desempeño como gobernador y a las deterioradas cifras en materia de seguridad en su entidad, le propuse que me diera su celular y que, en un entorno más propicio, discutiéramos la información que al respecto de Capella dice tener. Su respuesta fue: “A ti no te voy a dar ni madre, ni mi celular ni una entrevista (…) Me vale madre”. No le pediría una entrevista, pues el señor gobernador no tiene la capacidad intelectual ni de dar una entrevista ni de ligar más allá de tres sustantivos y adjetivos que no contengan innumerables “me vale madre”.

Seguido de su enorme clase y educación me refirió claramente que a mi amigo Capella se lo iba a “chingar”, textualmente, pues él sabía de las maletas de dinero que recibía en Morelos y de las cinco carísimas casas de las que es propietario el exsecretario. Ya estuvo bueno de estar manchando el buen nombre de alguien que está exponiendo su vida por la seguridad de los quintanarroenses. Si tiene pruebas, que las exhiba y, si no, que pare de poner en peligro a quien sí trabaja por los ciudadanos. De la misma forma me espetó retador, que “yo lo criticaba porque recibía dinero para hacerlo”. En este punto quiero ser extraordinariamente claro. Difícilmente alguien pagaría por que se critique la gestión de Blanco, ha hecho tantas idioteces, aunadas a una brutal falta de resultados, que cobrar por criticarlo sería robar. Cito el macabro hecho del pasado 13 de abril, cuando un comando armado mató a cuatro comensales y lesionó a otros 11 en un restaurante familiar en Cuautla. Por estos hechos, nadie puede pagar por pegarle a Blanco; su incompetencia épica no es pagada, es orgánica.

Por este motivo, lo conmino a que demuestre públicamente que he recibido dinero para criticarlo, si no, voy a proceder legalmente. Lo que acabo de plasmar no sería importante, sino por el hecho de que el estado de Morelos está en llamas, mientras su góber está chupando con sus cuates a 120 km de distancia. Por supuesto que de la fiesta de Blanco tengo evidencia gráfica, por si se le ocurre desmentirme. Después de tenerlo a escasos centímetros de mi cara, reafirmé lo que siempre he pensado: tiene más cuello, que cerebro. Es urgente que el Presidente ponga orden entre este tipo de políticos, que le dan en la madre a su proyecto de cambio de nación. Y el que pierde es López Obrador, no el payaso en cuestión.

 

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