Organismos electorales: columna de la democracia

Proteger a las instituciones de la democracia: órganos administrativos y juec@s electorales, es un imperativo estratégico para sostener la renovación pacífica de autoridades, en un contexto cada vez más adverso de polarización política y demonización ideológica.

Por lo anterior, el llamado de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), entidad que integra a 33 organismos de 24 países de la región, para condenar la campaña permanente de desprestigio en contra de sus miembros, debe tomarse con la seriedad del caso.

Al celebrar 30 años de vida, la Uniore, de forma unánime, hace un llamado a proteger a la institucionalidad electoral como garante de la democracia, frente a los múltiples ataques y amenazas a la integridad física y moral de las autoridades y funcionarios en el cumplimiento de sus funciones.

La resolución de la Uniore se inserta en un contexto regional complejo para la democracia, caracterizada por la creciente presencia de campañas de odio, auspiciadas por una gama enorme de intereses políticos contra el árbitro electoral, buscando generar dudas respecto a su imparcialidad e independencia.

Cuando la tutela institucional de las elecciones es puesta en duda por motivaciones políticas, la democracia es doblemente erosionada, por un lado, se acentúa el decreciente apoyo ciudadano a la democracia, y, por otro lado, se deteriora la confianza institucional sobre los organismos electorales, que son los garantes de la transparencia en los procesos democráticos.

La consecuencia más preocupante de estas campañas contra las instituciones electorales es que la erosión democrática que generan se utiliza después como pretexto para su cooptación política. Cómo lo indica el Latinobarómetro 2021, las instituciones electorales son un termómetro de la validez de las elecciones en cada país, razón de más para protegerlas de las garras de autócratas y dictadores.

La consolidación de organismos electorales independientes en América Latina, a partir de la segunda mitad del siglo XX, ha sido un factor institucional importante para ampliar la participación política de la ciudadanía, mantener el sistema de partidos y organizar elecciones transparentes, periódicas y competitivas, tal como lo establece el artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.  

Las administraciones electorales dotadas de los principios de independencia, autonomía, permanencia y especialización son indispensables para fortalecer la democracia representativa y sus elementos sustanciales señalados en el artículo 4 de la Carta Democrática Interamericana.

BALANCE

Sin abandonar la crítica de buena fe al desempeño de las instituciones de la democracia, es crucial su fortalecimiento a través de la tecnificación de sus procesos, la planificación rigurosa de su gestión, la transparencia y rendición de cuentas, la formación de sus funcionarios, el respeto a sus decisiones, la conformación plural en su conformación y la dotación de recursos financieros suficientes para llevar a cabo sus actividades.

Como lo menciona el secretario de la OEA, Luis Almagro: en la tarea democrática, lo más importante es fortalecer las instituciones, trabajar para que sean cada vez más fuertes, más vigentes y que funcionen mejor en el marco del Estado de derecho. Amenazarlas o destruirlas es una acción suicida a la que no debemos apostar.

* Los puntos de vista son a título personal.

No representan la posición de la OEA.