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2021: la democracia sobrevivió la pandemia

Francisco Guerrero Aguirre

Francisco Guerrero Aguirre

Punto de equilibrio

 

A pesar de la presencia del covid-19 y de sus notables restricciones, durante 2021 se cumplió el calendario electoral en toda la región. Se realizaron 25 comicios en 17 países. La democracia sobrevivió la pandemia. La ciudadanía pudo ejercer su derecho al voto y eso es un logro mayor que no debemos soslayar.

El calendario no se detiene y 2022 abrirá su ciclo de elecciones con los comicios generales de Costa Rica, luego continuará, a mediados del año, con Colombia y finalizará con Brasil, en el último trimestre del año.

Para garantizar que las elecciones reflejen la voluntad ciudadana de continuidad o alternancia en los poderes públicos, es imprescindible que los comicios sean íntegros. La observación internacional de la OEA, a través de sus Misiones de Observación Electoral (MOES), verifica —in situ— que las elecciones posean atributos de autenticidad, transparencia, legalidad e integridad.

Las MOES se rigen por una Declaración de Principios y por diversos instrumentos internacionales. L@s observador@s no centran su interés en quién ganó o perdió una lid electoral; toda su acción se concentra en testificar que los comicios sean limpios y creíbles y que reflejen fielmente la voluntad de la gente.

La evidencia demuestra cómo su participación no sólo ha fortalecido los sistemas electorales de los países en los que han sido convocadas, sino también cómo sus recomendaciones técnicas ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema electoral.

Más allá de la organización de comicios, en los estertores de este año que concluye es importante recordar que una victoria en las urnas no se constituye en un cheque en blanco de la ciudadanía hacia el gobernante.

Todo lo contrario, los servidores públicos deben someterse irrestrictamente a su Constitución y a los instrumentos internacionales, como la Carta Democrática Interamericana (CDI), a fin de orientar el rumbo de su administración, preservar los elementos de una democracia representativa, reafirmar el respeto a los derechos humanos y gobernar a favor de todos sus ciudadan@s y no únicamente de quienes lo eligieron.

La Carta Democrática Interamericana establece compromisos internacionales que transcienden a los países y gobernantes, tendientes a garantizar la vigencia de la democracia representativa en el hemisferio, como una condición indispensable para el desarrollo pleno de cada país.

BALANCE

Como lo ha expresado Luis Almagro, secretario general de la OEA, a lo largo de estas dos décadas la Carta Democrática Interamericana se ha convertido en el instrumento diplomático medular para la promoción y el fortalecimiento de los principios, prácticas y cultura democrática del hemisferio, y ha trazado el recorrido a seguir en la construcción de sociedades cimentadas en valores democráticos, como la libertad y la justicia.

El ejercicio autoritario del poder es inaceptable en una comunidad de democracias como la que hemos construido en nuestro continente. Sacrificar a la democracia debilitando el Estado de derecho con tal de imponer una “visión única” es un despropósito mayor que no podemos encubrir o tolerar.

En este cierre de año, como lo refiere Dieter Nohlen, es importante recordar que los derechos humanos y las libertades políticas no están a disposición de ninguna mayoría. Son derechos para tod@s, independientemente de triunfos o derrotas temporales.

Las elecciones son únicamente el punto de partida, el punto de llegada debe ser la consolidación y el fortalecimiento de una democracia plena. Nada más ni nada menos.

 

Este artículo se va de vacaciones. Regresamos el 11 de enero. ¡Felices fiestas!

 

Los puntos de vista son a título personal.

No representan la posición de la OEA 

 

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