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“¿Qué diablos?”

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

 

Ya estamos en cifras que conmueven a México. Nuevos topes de muertos y contagiados de covid-19 que rebasan, por mucho, las peores proyecciones del doctor López-Gatell.

El escenario más pesimista del subsecretario encargado oficial de la pandemia era de 60 mil defunciones para octubre pasado. Llevamos 146 mil 174.

Sólo ayer dejaron este mundo 1,803 mexicanos. Somos segundos a nivel mundial en las últimas 24 horas, sólo detrás de Estados Unidos, que registró más de 4 mil.

Algo se está haciendo mal, pero el gobierno no reconoce errores. López-Gatell dice que la culpa de la alta tasa de mortalidad por el virus la tienen los gordos y los que padecen otras enfermedades.

De los contagiados mejor ni hablamos. Van un millón 711 mil 283 casos confirmados; 22 mil 339 más que ayer. Nuevo récord en 24 horas.

Andamos mendigando vacunas para completar las dosis necesarias para una población calculada en 128 millones de personas: que si la rusa, que si la china, que si la de AstraZeneca.

Pfizer, que ya envió medio millón de vacunas a nuestro país, interrumpió el suministro a todo el mundo debido a que paró su planta en Bélgica para ampliar la capacidad de producción, ante la creciente demanda de dosis.

Tardará tres semanas para volver a surtir.

Esta interrupción no tiene nada que ver con la historia de ceder vacunas a los países pobres, como lo quiso disfrazar el gobierno. Más bien parece un burdo intento por reflejar la generosidad de López Obrador hacia naciones más vulnerables.

 

  • Pero no sólo es covid. Se perfila una escasez de medicamentos peor que la del año pasado, avizoran expertos.

Haber encargado la compra consolidada de medicinas a la UNOPS, organismo de la ONU, fue un error monumental que se pudo haber evitado.

El organismo todavía no termina siquiera el proceso de licitación que debió haberse hecho en noviembre pasado.

De acuerdo con el calendario original, UNOPS firmaría contratos en noviembre del año pasado, para empezar las entregas de medicamentos este mes.

Hoy dicen que la firma de contratos será en marzo y la entrega en mayo. 

Un retraso de cinco meses, según cálculos de Juan de Villafranca, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf).

—¿Por qué la demora?, le preguntamos.

—Dos razones: se tardaron en emitir las bases y cambiaron la Ley de Adquisiciones. Ahora estamos en la Ley de UNOPS, repuso.

Dijo más: “no hay junta de aclaraciones. Los que quieren vender medicamento mandaron sus preguntas sobre cantidades mínimas y costos por línea. Ellos responden a cuentagotas. No tienen el tema claro. A estos amigos de UNOPS, de Naciones Unidas, les quedó grande el paquete”.

El hombre asegura que el Insabi le va a pagar a la UNOPS 2 mil 600 millones de pesos en cuotas de recuperación “por el mal servicio”.

“Eso no es cuota de recuperación. Es una utilidad tremenda. No creo que el costo de ellos supere los 100 millones de pesos”, aclaró.

¿Por qué se pudo haber previsto? Amelaf tiene reportes de lo que sucedió en Guatemala con la UNOPS en 2017-2018.

Los chapines hicieron una licitación de 150 millones de dólares —la de México es de 4 mil millones— “y quedaron fatal”.

Hay observaciones de la Auditoría de Guatemala sobre esa licitación. Tenemos copia de los documentos que sobre el caso sacó la Contraloría de Cuentas —así se llama— de ese país.

En la charla, Villafranca pone el dedo en la llaga:

“Lo que está en juego es la salud de los mexicanos. Ese retraso en las entregas genera compras directas. Es más caro, hay corrupción, provocas desabasto de medicamentos”, dijo.

Asunto grave. Covid no paró las enfermedades crónico degenerativas. La gente sigue muriéndose de diabetes, hipertensión, sida y cáncer. El tema se viene fuerte.

“Este gobierno ha generado una dependencia del exterior. Allí está el desmadre con las vacunas. Si tuviéramos una política pública chingona, no estaríamos mendigando vacunas fuera. Eso es falta de soberanía en materia de salud”, remató Villafranca.

Para cerrar el tema va un crítico tuit que puso ayer la escritora Sabina Berman, simpatizante de la 4T:

“No se publica el plan de vacunación. No hay listas. No hay fechas. Se pregunta a funcionarios. Nadie sabe. Farmacias del Ahorro ofrece sus miles de locales y su personal para multiplicar el ritmo de vacunación. Nadie les responde. ¿Qué diablos?”.

 

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