Qatar 2022: Manuel Seyde y los ratones verdes (IV)

La buena noticia es que México ya está calificado para el Mundial de 2026.

Varios colegas han recordado estos días a Manuel Seyde, el mordaz periodista de Excélsior, autor de la columna Temas del Día, que por décadas se publicó en este diario, y asimismo creador del mote de ratones verdes para la Selección Mexicana. La historia es conocida: en 1961, México cayó 8-0 contra Inglaterra y Seyde escuchó decir que los futbolistas mexicanos parecían “conejos asustados”. Lo demás fue cosa suya, facilitada por los ridículos frecuentes de nuestro equipo nacional.

Coincidencias horribles, México cayó eliminado en la primera ronda de Qatar 2022, lo que no ocurría desde Argentina 1978. Pero hay más. Si la sede mundialista del Golfo Pérsico ha sido duramente cuestionada por su política discriminatoria hacia su fuerza laboral y por sus violaciones a los derechos humanos, en aquellos años la dictadura militar del general Videla en la nación sudamericana trajo eso que los historiadores llamaron el Sports washing, es decir, lavar la imagen de un país de dudosa reputación internacional mediante un evento deportivo de gran poder de convocatoria. 

En Purgatorio (2008), el novelista argentino Tomás Eloy Martínez ensaya la posibilidad de que, como parte de esa estrategia profiláctica de los milicos, Orson Welles sea contactado para dirigir un documental sobre la Copa del Mundo del 78: “Si ustedes fracasaron con la realidad, yo no tengo por qué fracasar con la ilusión”. La FIFA toma nota.

El caso es que los analistas futboleros que pregonan sobre la posibilidad (y conveniencia) de que el Tricolor llegue al quinto partido en un Mundial, cosa que no ocurre desde 1986, son los mismos que hoy acuchillan a los directivos de la Federación Mexicana de Futbol o la Liga MX. Sin embargo, cuando el Morelia se fue a Mazatlán, por hablar de un caso más o menos reciente, hubo comentaristas que justificaron la mudanza por el simple hecho de que “esto, al final del día, es un negocio”, cosa por demás cierta: las ventas de playeras y demás productos de la selección en el marco del torneo catarí siguieron promoviéndose como si nada ante la maltratada afición.

La buena noticia es que México ya está calificado para el Mundial siguiente, el de 2026 que coorganizará con Estados Unidos y Canadá, por lo que nadie sufrirá con las eliminatorias, aunque sí con los partidos “moleros” (Tuca Ferretti dixit) y demás competencias de la Concacaf. 

Tanto la jefa de Gobierno de la CDMX como el secretario de Relaciones Exteriores han estado muy activos, pues ambos ya se vieron dentro de cuatro años sentados en la silla grande, departiendo con personalidades del balompié. Cabe recordar que la única garantía por ser anfitriones tanto en 1970 como en 1986 fue sentir la angustia de manera crónica.

Precisamente, una mañana de octubre de 1964, en Tokio, Argentina y México se disputaron la sede del Mundial del 70. El Comité de la FIFA se inclinó por nuestro país. Manuel Seyde, que reporteó oportunamente esos hechos, se preguntó: “¿Y con qué equipo hará frente el futbol de México al compromiso de un Campeonato Mundial en casa?”.

En esa línea, Seyde continuó: “Revisaba, tratando de hacerlo con exactitud, los jugadores del momento y no encontraba uno solo que tuviese el alto nivel internacional requerido. Era fácil adivinar las reflexiones de los hombres del futbol organizado: si México solicitó los XIX Juegos Olímpicos sin tener un solo atleta capaz de superar un récord, no había razón para que el futbol, sin Selección Nacional de categoría, se abstuviera de realizar un Campeonato Mundial”.

Los de pantalón largo de la Femexfut también son ratones verdes. Parafraseando una línea de G. Sheridan, quien esto escribe inventó una frase para el gran Nacho Trelles, figura fundacional del balompié mexicano fallecido en marzo de 2020 a los 103 años de edad: “Llevo 50 años diciéndoles que las cosas no pueden seguir así”.

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