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Filtraciones y vida pública

Fernando Islas

Fernando Islas

¡Puso una canción de Chico Che! La respuesta de Andrés Manuel López Obrador sobre su estado de salud fue la reproducción de una canción del popular músico, aparentemente uno de sus favoritos.

Fue una semana convulsa para el gobierno mexicano: los golpes al caso Ayotzinapa, con el fiasco de las órdenes de aprehensión, en las que se incluían las de 16 militares, la renuncia del fiscal Omar Gómez Trejo, y la indignación y furia de los padres de los 43. Por otra parte, se anuncia, oportunamente, el lanzamiento de El rey del cash, libro escrito por la periodista Elena Chávez. Y para acabarla, hackearon a la Sedena, con toda la información sensible que debe haber, incluido un apartado sobre la salud del Presidente, cuya reacción fue poner a Chico Che en la mañanera de ayer. Sobre AMLO se dice lo que sea, pero nadie negará que pone el pecho a las balas y genera un efecto polarizador. Y eso exaspera.  

Se confirman, pues, las sospechas sobre los problemas de salud de López Obrador, quien el 2 de enero fue trasladado por riesgo de infarto en helicóptero a un hospital de la CDMX desde su rancho en Chiapas. También padece del riñón y la tiroides, por lo que a diario toma varias pastillas. Se dirá que son achaques propios de su edad (en noviembre el Presidente cumplirá 69 años), pero un primer mandatario no puede darse el lujo de trabajar en esas condiciones. O eso se supone.

A la espera de novedades producto del hackeo (y su filtración), mismas que podrían darse a conocer en pequeñas, pero macizas dosis en las siguientes semanas, incluidas las del Culiacanazo de octubre de 2019, López Obrador salió al paso: “Todo es cierto y de dominio público, si acaso lo de la ambulancia a Palenque (que no se sabía). La vida pública tiene que ser cada vez más pública”.

Hace falta un simple vistazo a la agenda nacional para advertir que las cosas están color de hormiga. Entre filtraciones y reacciones a éstas, además de la temperatura sobre la presencia del Ejército en las calles hasta 2028, resulta increíble que el estado de ánimo (y el poder) de un país sea producto de un solo hombre. Dicen que todo político tiene su Waterloo. Las últimas horas sugieren que López Obrador podría tener su WikiLeaks.

Pero al Presidente no le afecta la situación del hackeo. O eso dice. Parece asumir eso de que la vida sigue, la vida va. Mientras tanto, un par de novedades editoriales sobre el gobierno se encuentran entre las cinco más vendidas de Amazon: México en el precipicio. El fracaso económico de la 4T, del maestro Macario Schettino, y la citada líneas arriba, de Elena Chávez, la número uno, aún en preventa, y que circulará el 18 de este mes, según lo anunciado.

La vida pública, en fin, se genera con una peculiar polifonía, nutrida de todas las verdades posibles, a ratos desafinada.

CAJA NEGRA

Todos vimos la reacción del padre del alcalde de Miguel Hidalgo contra un servidor público que puso sellos de suspensión de actividades a una taquería de la familia Tabe.

Por fortuna, la agresión no pasó a mayores, pero el escándalo estará en la situación irregular del negocio con el visto bueno de la alcaldía. Mauricio Tabe tiene todo el derecho de querer a los suyos, pero bien reza el dicho de que no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas. Tabe salió en defensa de su padre con el débil argumento de que hay una campaña en su contra.

La colonia Escandón, donde se encuentra la taquería, tiene mayores problemáticas que habría que atender a la voz de ya.

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