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Santa Lucía: una oportunidad para el desarrollo regional

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

Por Román Meyer Falcón

La construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) tiene profundas implicaciones sociales, económicas, políticas y medioambientales. En una región como la del Valle de México, en la que la demanda de movilidad y transporte es tan alta y su andamiaje logístico tan complejo, se necesita una propuesta integral y responsable, con visión del más corto al más largo plazo, para completar una obra que cambiará el panorama urbano y la realidad para millones de personas.

La infraestructura aeroportuaria impacta de diversas maneras el mercado laboral, la movilidad, el consumo de recursos hídricos y el flujo de bienes y servicios. Se diversifica la economía y se dispara la inversión, a riesgo de propiciar un crecimiento urbano descontrolado, surgen retos de vialidad, educación, salud y seguridad pública. En resumen, este tipo de proyectos demanda una colaboración eficaz entre el sector privado, la sociedad civil y los tres niveles de gobierno.

El nuevo aeropuerto de Santa Lucía está proyectado para abrir sus puertas en marzo de 2022 y convertirse, a lo largo de los siguientes 30 años, en el principal eje del Sistema Aeroportuario Metropolitano (SAM), comprendido actualmente por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el Aeropuerto Internacional de Toluca.

Por su ubicación, en los terrenos de la base militar aérea de Santa Lucía, en las inmediaciones de la carretera México-Pachuca, la construcción del AIFA y su integración al desarrollo urbano de la zona dependerán de un esfuerzo conjunto entre las autoridades de la Ciudad de México, el Estado de México y el de Hidalgo. Planteado como respuesta a la saturación del AICM y la creciente demanda de tráfico aéreo en todo el Valle de México. Para 2052, el AIFA será responsable de gestionar el flujo de unos 85 millones de pasajeros al año.

Surge entonces la preocupación de completar una obra de estas dimensiones sin hacer a un lado los intereses de las personas y comunidades aledañas. Es necesario analizar, por ejemplo, las proyecciones de crecimiento demográfico, el tipo de infraestructura y equipamientos públicos que se necesitarán, el transporte público que hará falta y las posibilidades de diversificar el uso de suelo.

En esta Cuarta Transformación tenemos claro que no podemos cometer los mismos errores que hubo con el NAICM. Buscamos que Santa Lucía sea un proyecto integral, que traiga beneficios a quienes ya viven o llegarán a vivir ahí en los años por venir. Por esto es que se requieren instrumentos de planeación precisos.

Desde el gobierno federal, la Sedatu coordinó el Programa Territorial Operativo de la Zona Norte del Valle de México (PTO-ZNVM). Un documento de planeación territorial construido con los gobiernos estatales y los ocho municipios aledaños (Jaltenco, Nextlalpan, Tecámac, Tizayuca, Tonanitla, Tultitlán, Tultepec y Zumpango), diseñado para aglomerar y concertar los esfuerzos de las distintas instancias gubernamentales, iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que participan e inciden en el proyecto del AIFA.

El PTO-ZNVM integra las perspectivas ambiental, económica, sociodemográfica, política e institucional dentro de un marco jurídico sólido, con el objetivo de servir de guía para las inversiones intersectoriales y el ordenamiento territorial. En suma, es una propuesta integral para un crecimiento urbano ordenado, que cuide en dónde puede crecer la ciudad y en dónde no. Antes de que termine el año, se contempla apoyar a estos ocho municipios a que sus planes de desarrollo urbano estén actualizados y consideren las necesidades de ordenamiento territorial por este proyecto.

De forma adicional, como parte de la estrategia de reactivación económica, la Sedatu invertirá más de tres mil millones de pesos en los municipios de esta región. En municipios como Ecatepec, Texcoco, Tecámac, Tultitlán, Jaltenco, Zumpango, entre otros, se desarrollará obra pública dentro de la estrategia de Mejoramiento Urbano y Vivienda del Gobierno de México.

Además, derivado de los acuerdos asumidos con la comunidad indígena de San Miguel Xaltocan, en el municipio de Nextlalpan, se desarrollará obra pública por parte de la Sedatu que arrancará este mismo año, y se les otorgará certeza jurídica sobre tierras por las que llevan décadas luchando. Por primera vez, el gobierno está del lado de la comunidad.

La meta es, pues, que el Valle de México cuente con un proyecto aeroportuario que, además de brindar servicios esenciales de transporte, sea fuente directa e indirecta de miles de empleos, estimule el crecimiento de múltiples industrias y servicios, vigorice la economía y contribuya de manera plural al bienestar de la ciudadanía.

Existe una variedad de perspectivas y ángulos a considerar en una producción de esta escala, y lo que está en juego pasa por la salud pública, la economía y la seguridad nacional. Por esas razones, una herramienta como el PTO-ZNVM resulta indispensable.

 

Tenemos la responsabilidad, en suma, de procurar un modelo de desarrollo y sociabilidad que favorezca la integración; de garantizar un ordenamiento territorial planeado y sostenible; de lograr que uno de los más grandes proyectos de este gobierno resulte en beneficio palpable para todas y todos los mexicanos, especialmente de quienes viven y vivirán a su alrededor.

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