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Entre “amigos”, muros y la carrera por Washington D.C.

Columnista invitado Global

Columnista invitado Global

 

Ricardo Ortiz Esquivel
Graduado de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov. Bachelor en Relaciones Internacionales, Diplomacia y Procesos Globales

 

Al “amigo” del presidente López Obrador no le ayudó minimizar en un principio la pandemia del covid-19 en Estados Unidos, pero tampoco le han ayudado en absoluto los problemas raciales por sus discursos racistas y las protestas que se han provocado, en buena medida, por las autoridades policiacas y sus abusos ante la comunidad afroamericana.

El presidente Donald Trump cuenta con rivales políticos dentro del Partido Republicano y demócrata, pero el mayor rival es, sin duda alguna, su propia persona.

Según el diario británico Telegraph, la popularidad de Trump se ha tambaleado últimamente y ha oscilado entre 42 y 45 por ciento, mientras que lo desaprueba 53 por ciento de los estadunidenses.

Un presidente soberbio, ególatra, populista, bully y racista que ha propiciado en buena medida que en estos momentos sus aspiraciones de reelegirse se vean complicadas, pero no imposibles.

La mayoría de las encuestas muestran que la carrera presidencial se va emparejando sistemáticamente, pues la intención de voto para Joe Biden es de 50 por ciento y para Donald Trump, 43 por ciento.

La intención de voto para Donald Trump ha ido mejorando gradualmente en los dos últimos meses, esto por un mejor manejo de la pandemia y sus constantes eventos de campaña que empezó a retomar aún con las altas cifras que registra su país por el covid-19.

Esos eventos de campaña son una de las razones principales por las cuales está obteniendo puntos para la carrera presidencial, tal y como le ayudaron en la campaña del 2016 contra Hillary Clinton.

El toque populista, el divisionismo, las noticias falsas, el clásico patriotismo estadunidense, el proteccionismo nacionalista y el toque antimexicano son factores que ayudaron no sólo a Trump a ser elegido presidente, sino que todavía lo siguen ayudando aun ahora con una elección que se encuentra a unas cuantas semanas de protagonizarse y con un fervor político interno que está desatando polémica para las personas que no se deciden aún por quién votar el 3 de noviembre.

El tema del muro fronterizo ha sido y será un punto clave para que Donald Trump protagonice no sólo populismo, sino también factores de racismo hacia la comunidad hispana y mexicana que generan voto seguro para el presidente republicano.

En la visita del presidente López Obrador a Washington D.C. no se tocaron los temas del muro fronterizo, la migración ilegal y la inseguridad que afecta a México y Estados Unidos.

Se tuvo que negociar previamente para que ambos mandatarios no tocaran temas “incómodos” durante el evento en la Casa Blanca y sólo se elogiaran el uno al otro llamándose “amigos”.

Después de las cenas, las sonrisas y los elogios de cuates, el presidente Donald Trump ha vuelto a utilizar su retórica favorita desde la campaña de 2016: declarar una y otra
vez que México pagará por el muro. Un muro que, según Trump, está muy bonito y grande para que no pase el coronavirus a su país y las drogas que dañan a millones de estadunidenses.

¿Llamas “amigo” a una persona que amenaza a tu país constantemente cobrándole por un muro que ni tu construiste o financiaste para que se construyera? ¡Híjole! Con esos amigos, para qué quiere uno enemigos.

Andrés Manuel se jacta en decir que “todo es un tema de campaña” y  no caerá en provocaciones para que se desestabilicen las relaciones entre México y Estados Unidos.

¿No le puede pedir aunque sea un poco de respeto a su “amigo”? ¿Dónde quedaron las promesas del libro Oye, Trump?

México deberá ir pensando en que si gana Joe Biden, las relaciones bilaterales se podrán ver afectadas en los primeros meses de gestión demócrata. Esto, por la interpretación que se le puede dar a la visita de López Obrador a la Casa Blanca, pero nunca el que haya existido un acercamiento con el partido demócrata en su visita a la capital estadunidense.

Joe Biden sigue la retórica trumpista al apoyar el proteccionismo buy american, pero entiende que necesita ganar en buena medida el voto hispano de Florida para que pueda consecuentemente ganar el de los estados con más afluencia hispana y así, arrebatarle el voto hispano con el que ya contaba Trump.

Los constantes ataques por parte de Donnie a través de Twitter y las noticias falsas sobre Joe Biden no le benefician en nada a un presidente que está necesitado de popularidad y votos para ganar las elecciones presidenciales de noviembre.

La vacuna del coronavirus tampoco le dará la victoria a Trump. Mas bien, le resta votos.

Sigo insistiendo en que México y el uso de la política exterior de forma populista-nacionalista pueden darle votos a Trump para llegar beneficiado el 3 de noviembre.

El tema del atraso de los correos es una forma sucia para confundir al electorado estadunidense, pero estoy seguro que es una medida contraproducente para un hombre que ve su derrota muy cercana.

 

GANCHO AL HÍGADO

1.-¿El presidente López Obrador ha excedido las prácticas populistas y demagogas de Luis Echeverría y José López Portillo?

2- ¿Podemos concluir que la rifa del no avión presidencial fue un fracaso?

3- El canciller Marcelo Ebrard presume que la gestión del gobierno federal ante la pandemia del covid-19 ha destacado a nivel internacional. Claro, con más de 71 mil defunciones destaca y mucho. ¡Es un genio!

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