Las repatriadas en el segundo piso
Sí, muchas veces en estos siete años, les dijeron heroínas, pero era mientras mandaban reservas. Las heroínas no duran mucho. Ya saben, las Josefas, las Leonas, las Cármenes, en un sexenio medio las sacan a relucir para presumir de “modernos”, y al siguiente las olvidan. A ustedes las desecharán después del 20 de enero.
Cuestión de honor es avisarles a las mexicanas que viven en Estados Unidos, que, por esas cosas raras, no del destino, sino de la democracia iliberal, pueden ser deportadas, que aquí ya no hay una Comisión Nacional de los Derechos Humanos que pueda defenderlas de las muchísimas violaciones a sus derechos, que, desafortunadamente, vivirán. La señora Piedra lo ha proclamado a los cuatro vientos: defiende al pueblo, que, en lenguaje del segundo piso, significa Andrés Manuel López Obrador.
Las autoridades de Estados Unidos llevan a la frontera a las personas para deportarlas. Ahí, hay un módulo de repatriación. Como al Instituto Nacional de Migración le han reducido su presupuesto y el exdirector era en realidad un carcelero, el maltrato es la única forma que el personal tiene para resolver las dificultades. El nuevo director es un neófito en la materia, y capacitar al personal no estará en sus prioridades. La recomendación es que procuren pasar desapercibidas, pues las consecuencias de no hacerlo serán graves.
No se ha anunciado ningún plan, salvo que ya tienen uno. Seguro para no perder su costumbre, serán pensiones del bienestar. Algo así como tres mil pesos al mes. Desde ahora, hay que ir pensando cómo racionalizar ese monto. Si las han deportado solas, serán cien pesos diarios. Si vienen con hijas e hijos, quizá les toquen 700 pesos más. Y háganle como puedan, porque salud, educación y trabajo, por acá ya no hay.
Sí, muchas veces en estos siete años, les dijeron heroínas, pero era mientras mandaban reservas. Las heroínas no duran mucho. Ya saben, las Josefas, las Leonas, las Cármenes, en un sexenio medio las sacan a relucir para presumir de “modernos”, y al siguiente las olvidan. A ustedes las desecharán después del 20 de enero. Lo dijo clarísimo, la Presidenta: “Los migrantes son esenciales para nuestra economía”. Por eso, tratarán de impedir que los deporten. Muchos de los buenos números del sexenio anterior fueron gracias a sus remesas.
¿Y los cónsules? Si pueden, desde hoy pónganse en contacto con el que les quede más cerca y ojalá les proporcione un contacto para una emergencia. Si el presidente Trump hace efectivas sus amenazas, cada cónsul tendrá que asistir a miles de personas, y la verdad, los consulados están desmantelados. Pero, quizá corran con suerte y les ayuden, si son de las primeras en pedir auxilio.
Hay que considerar que, por la política de austeridad y, ahora además, por la reducción presupuestal, los consulados no tienen a las o los más capaces, cuentan con poco personal y muchos asuntos que atender. Así que no esperen milagros. Harán lo que buenamente puedan.
Los albergues ya están saturados y no sabemos si se dispondrá la apertura de más. Si es así, nuevamente, la novatez causará conflictos, pero hay que armarse de paciencia. Ojalá, puedan irse a vivir con familiares, en cualquier zona del país. Permanecer en albergues es una experiencia muy deprimente. Cuidado con el crimen organizado.
También sería una lucecita de esperanza, el que se haya oficializado un Protocolo de Atención a las Mujeres Migrantes y Repatriadas. No es lo mismo vivir en cuerpo de hombre que en cuerpo de mujer. Si existe el Protocolo, les ayudaría a exigir buen trato.
Ser deportada es muy doloroso, genera mucho miedo, desestabiliza y la desesperanza cae sobre una sin la menor piedad. Pero, hay que ser resiliente y saber que la vida ofrece oportunidades. Hay que buscarlas, tomarlas y seguir con la esperanza de lograr una vida mejor. Ésa fue una de las razones para irse a Estados Unidos, una vida mejor y, si por la sinrazón que sea, son deportadas, hay que recuperar conocimientos y ponerlos a trabajar.
A pesar de todo, es importante que conozcan sus derechos, tanto en Estados Unidos como acá, y que busquen si hay cerca un espacio de la UNAM. Esa institución puede orientarlas.
