Ida Vitale, 1923, la luz de (su) memoria
Uruguay, palabra del guaraní que significa río de caracoles o río de pájaros, fue donde Ida abrió los ojos para perderse en el laberinto y en la música de los decires.
La hora de la tarde, la que pone
su sangre en las montañas.
Gabriela Mistral
Ganadora del Premio Cervantes 2018, quinta escritora en obtenerlo y merecedora, además, del Premio de la Feria del Libro de Guadalajara. Desde niña, trabajadora incansable de las palabras, buscando sentido al ser de las cosas, de las inquietudes, de las personas. Consciente del mundo que le tocó vivir, exiliada de una tierra donde las mujeres han sido luchadoras por la igualdad de derechos desde el despuntar del siglo XX.
Cuentan que en 1927, en Uruguay se abrió una convocatoria para votar la integración de Cerro Chato, pequeña localidad ubicada en el centro del país, abierta a todas las personas. Rita Ribeira, mujer negra, inmigrante, de 90 años, nos dio ejemplo y votó en esa ocasión. Se convirtió así en la primera en acceder al derecho a votar en toda Latinoamérica. Once años pasaron para que se aprobara el voto femenino, en 1938, en las elecciones nacionales. Y en 1946 se aprobó la Ley que declaró la igualdad de los derechos entre los sexos.
¿Será acaso que en ese pequeño país, de no más de tres millones de habitantes, el debate por la igualdad se dio a través de la vida y obra de sus mujeres poetas? Dos de ellas una, Delmira Agustini, nacida en 1886: Y en la alcoba que tu alma tapizaba de armiño, /donde ardían los vasos de rosas de cariño,/la soledad llamaba en silencio al horror. Asesinada a los 28 años por un esposo celoso, que luego se suicidó. Feminicidio.
Juana de Ibarbourou, 1892, “Juana de América”. De su infancia vivida en Melo, dice: Fue mi paraíso al que no he querido volver nunca más para no perderlo, pues no hay cielo que se recupere ni edén que se repita. Víctima de la violencia de su marido y de su hijo. Dicen que “obtuvo el éxito antes de sus 30 años, y el resto de su vida lo pasó encerrada en su casa, observando el mundo a través de la ventana”.
Quizás por eso, Ida escribe Fortuna:
Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre, no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio, medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre limaduras de hierro.
Descubrir por ti misma otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos.
Esta lección hecha poema pertenece al libro Trema, cuyo significado es Tasa de Rendimiento Mínima Aceptable. Sí, ser humanas, ni más ni menos, es lo que exigimos para cerca de la mitad de la población mundial: 3,650 millones de mujeres. Y al decir de voces muy expertas, hacen falta en esta cuenta, más de cien millones de mujeres. “La razón detrás de ese dato: la preferencia por hijos varones, que conduce a abortos selectivos, peores cuidados médicos, negligencias y mala alimentación de las niñas durante su infancia. Según un informe, cada año dos millones de mujeres “desaparecen” por estas causas, un dato similar al que ya estimaban organizaciones como ActionAid, que lleva tiempo denunciando que cada día mueren cerca de 7.000 niñas antes de cumplir los seis años”.
Lo que lleva a desear como Ida, Quisieras estar naciendo en edad de razón, y a dar cuenta de que Todo sucede a una distancia abismal de este mundo/ que aún se imagina libre de la Bestia y del Límite. Nos hace una muy pertinente recomendación: Cuidado: no se pierde sin castigo el pasado, no se pisa en el aire. La reflexión y la atención a la historia son el fundamento de futuros posibles. No convertir(nos) en Cultura de Palimpsesto, nombre del poema del último verso de este párrafo, dedicado a los afanes políticos, que en México intentan borrar cada seis años lo construido por el anterior. Hay que mirar la realidad, pues su terquedad es incuestionable.
“Escucha al pájaro: ¿canta apenas su miedo o demuestra esperanza?”.
