Crecer para la paz
Para la paz como para cualquier circunstancia hay que estar educado, uno aprende a desear ciertos bienes, hay generaciones educadas para la guerra y el confrontamiento. Los niños son, para cualquier sociedad, la más importante apuesta de futuro, ellos garantizan la ...
Para la paz como para cualquier circunstancia hay que estar educado, uno aprende a desear ciertos bienes, hay generaciones educadas para la guerra y el confrontamiento. Los niños son, para cualquier sociedad, la más importante apuesta de futuro, ellos garantizan la continuidad histórica, todas las sociedades lo hacen, los franceses educan en una racionalidad argumentativa a toda prueba y de ahí el carácter de su sociedad democrática en debate continuo, de ahí que algunas naciones tarden tantas generaciones en salir del subdesarrollo o de suprimir sus sentimientos coloniales.
En Americanah, Chimamanda Ngozi Adichie, nos cuenta de una Nigeria donde los niños son educados en el sueño de la migración y completan su destino abandonándola; no sé cuál es el modelo en el que estamos educando a nuestros niños hoy ni cuáles son sus valores principales o la imagen que tienen del futuro de su país; en la década de 1970 nos decían que México era el cuerno de la abundancia que encerraba todos los bienes y los tesoros deseables, sólo era cosa de trabajar para obtenerlos, éramos el pueblo hermano, promotor de la paz y la amistad entre los pueblos, por eso no teníamos problemas con nadie y todos nos querían, nuestra educación distaba mucho de la realidad, pero no nos educaban para la realidad, sino para un día transformarla; con los años, las presiones de la realidad y la vida nos impidieron cumplir nuestra misión histórica, pero algo se avanzó en ello.
Cuando la violencia se fue enseñoreando en nuestra sociedad y diversas necesidades económicas fueron ganándole terreno a los proyectos educativos hemos tenido que testificar el cada vez mayor abandono de la infancia; los niños no son el centro de nuestra agenda; gastamos más tiempo en debates sobre lo que dijo o quiso decir el Presidente que en indagar cómo vamos a hacer para que todos los niños tengan escuela y la tecnología mínima para conservar o alcanzar la igualdad.
Los niños no votan, no toman calles ni se manifiestan, parecen tener un peso político cercano a cero, pero al encerrarlos en la violencia y la marginalidad vamos dinamitando el México del mañana, como si el país se acabara cada sexenio. Sin escuelas de tiempo completo y el apoyo alimenticio que representaban, con trámites de adopción lentos y tortuosos, con la banalización de la violencia contra las niñas y con la incorporación de los chicos a las redes de la delincuencia organizada como carne de cañón barata aniquilamos nuestra esperanza y nuestra identidad del mañana.
Nos enteramos de los abusos cometidos con las niñas que ahora son mujeres y tenemos la cara dura de juzgar su silencio y dudar de lo que dicen, pero es que no queremos entrar de lleno en la salvación del mundo de los niños porque estamos contagiados del espíritu de inmediatez y sólo queremos hacer aquello que reporta beneficio inmediato, lo que se puede lograr con la mitológica gotita de agua sobre el deshidratado de caricatura.
La conciencia de la infancia es implacable, infancia es destino hemos oído decir siempre y lo cierto es que no sabemos y no queremos saber cuál es el destino que queremos para el país, lo demuestra nuestro desinterés por el destino de la infancia.
*Analista. escritor
