El despertar venezolano y la somnolencia mexicana

Ana Corina Sosa leyó en forma magistral el discurso de aceptación de su madre: un recordatorio para las endebles democracias del mundo, en especial las de América Latina, y del peligro que representan los gobiernos populistas y corruptos de la región

La semana pasada, María Corina Machado recibió el Premio Nobel de la Paz. La odisea para llegar a Oslo escapando del dictador Maduro y sus secuaces le impidió llegar a tiempo para la ceremonia de entrega del que es, probablemente, el mayor reconocimiento global que se otorga a quienes buscan la paz y la libertad. En su lugar, su hija Ana Corina Sosa leyó en forma magistral el discurso de aceptación de su madre: un recordatorio para las endebles democracias del mundo, en especial las de América Latina, y del peligro que representan los gobiernos populistas y corruptos de la región.

Me permitiré citar fragmentos del discurso y entre paréntesis señalaré algunas semejanzas con la situación actual de México, recordando lo cerca que estamos del colapso total de nuestra democracia:

“… incluso la democracia más fuerte se debilita cuando sus ciudadanos olvidan que la libertad no es algo que debemos esperar, sino algo a lo que debemos dar vida. Es una decisión personal, consciente, cuya práctica cotidiana moldea una ética ciudadana que debe renovarse cada día. La concentración total de la renta petrolera en manos del Estado (En México: el petróleo y varios recursos más) generó incentivos perversos y le dio al poder gubernamental un control inmenso sobre la sociedad que terminó traduciéndose en privilegios, clientelismo y corrupción.

“Cuando comprendimos cuán frágiles se habían vuelto nuestras instituciones, ya era tarde (la desaparición del Inai y varios organismos autónomos). El cabecilla de un golpe militar contra la democracia fue elegido presidente, y muchos pensaron que el carisma podía sustituir el Estado de derecho (¿Recuerda a AMLO autonombrándose presidente electo, cuando mandó al diablo a las instituciones o cuando despotricó diciendo que no le vinieran con que la ley es la ley?).

“… El régimen se dedicó a desmantelar nuestra democracia: violó la Constitución (Basta ver la sobrerrepresentación de Morena en el Congreso, entre muchos ejemplos), falsificó nuestra historia (Échele un ojo al libro Grandeza), corrompió a las Fuerzas Armadas (Huachicol fiscal, otorgamiento de construcciones, concesiones, aduanas, puertos, hoteles y decenas de proyectos adicionales), purgó a los jueces independientes (Observe la reforma judicial y una Suprema Corte integrada por miembros del partido oficial), censuró a la prensa (Persecución y asesinato de periodistas, haciendo de México el cuarto lugar más peligroso para ejercer la profesión), persiguió a la disidencia (En México la corrompen, la exilian o se van a la cárcel) y devastó nuestra biodiversidad (Tren Maya, Dos Bocas, entre otros).

“La riqueza… no se usó para liberar, sino para someter. Se repartieron lavadoras y neveras en televisión nacional a familias que vivían sobre pisos de tierra, no como símbolo de progreso, sino como espectáculo (Recuerde lo sucedido con el huracán Otis o en cualquier mitin en donde se reparten efectivo y despensas). Y entonces, llegó la ruina: una corrupción obscena, un saqueo histórico (Los sobrecostos de las obras caprichosas de AMLO, la repartición del botín entre los miembros del partido, sus familias, amigos, allegados y cómplices). El dinero… se convirtió en un arma para comprar lealtades en el exterior mientras el Estado se fusionaba con el crimen organizado… (¿Recuerda las visitas de AMLO a Badiraguato, Sinaloa, a saludar a la familia del Chapo, la liberación de su hijo durante el culiacanazo o el pánico del gobierno cuando El Mayo fue arrestado?).

“Pero más profundo y corrosivo… fue el método calculado para quebrarnos por dentro. El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que… desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos (Los mexicanos ahora divididos en fifís, pueblo, neoliberales, conservadores, adversarios y enemigos).

“La libertad se conquista cada día, en la medida que estemos dispuestos a luchar por ella… sólo es posible alcanzar(la)... cuando afrontamos la verdad, por dura que sea… sólo al alcanzar esa coherencia interior… logramos estar a la altura de nuestro destino”. Y eso tenemos que aprenderlo TODOS los mexicanos, so pena de vivir bajo el yugo de los nuevos dictadores.

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