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Los Panchos se venden caros

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Saltaron a la fama al constituirse como un grupo invasor de predios, en los que después construían no sólo unidades habitaciones, sino, además, microciudades que se convirtieron en verdaderas fortalezas donde ni la policía entraba.

Su nombre de guerra fue Frente Popular Francisco Villa, una organización social que ayudó a familias pobres a conseguir viviendas a bajo costo, por lo que se volvieron muy populares.

Alcanzaron su auge en los primeros años del presente siglo, donde, incluso obtuvieron diputaciones en diferentes legislaturas, siempre bajo el manto del PRD.

Aunque su fuerza siempre fue Tláhuac, expandieron sus dominios a varias zonas de la capital, pero acabaron divididos en varias fracciones; la más conocida es la que encabeza Alejandro López Villanueva, El Grandote.

Al paso del tiempo el FPFV como tal se desintegró, y también en el PRD se apagaron, pero al grupo de El Grandote se le quedó el mote de Los Panchos Villa.

Ahora que todos los partidos andan de caza, Los Panchos quieren venderse bien y se han dedicado a coquetear con varios, vendiéndoles la idea de que siguen siendo los amos de Tláhuac.

Primero se acercaron al PVEM por conducto de Leonel Luna, que un tiempo coordinó para los tucanes el armado de una estructura territorial en la capital, pero dijeron que siempre no cuando el propio Luna salió del Verde.

Coquetearon con la alianza que están formando PAN, PRD y PRI en la CDMX, pero al final decidieron regresar con los ecologistas, que en la capital lidera Jesús Sesma. Incluso el pasado 12 de octubre iban a anunciar la precandidatura de El Grandote a la alcaldía de Tláhuac.

Pero algo ocurrió, que ahora negocian con el alcalde Raymundo Martínez Vite, quien a espaldas de Morena busca armar una extraña alianza con Los Panchos para reelegirse en el cargo.

Dicen que Martínez Vite busca quedarse no sólo con la alcaldía, sino con diputaciones locales y federales, y que además de pactar con El Grandote, busca revivir a la priista Susana del Razo Valvuena, quien nunca ha dejado a hacer grilla.

El activismo del alcalde moreno se debe a que al interior de su partido no cuenta con los apoyos para repetir en el cargo. De hecho desde el Congreso de la Ciudad de México, el exdelegado y hoy diputado local Rigoberto Salgado busca desplumarlo desde hace rato.

Mientras tanto, por los rumbos de Tláhuac comentan que, a fin de que el alcalde tenga tiempo para la grilla, quien cada vez tiene mayor injerencia en las decisiones de ese gobierno es su hijo, Eduardo Martínez López.

Ante esta notoria división interna, los partidos opositores ven una posibilidad real de arrebatarle ese territorio a los morenos, para lo cual están apretando en la conformación de un frente electoral para 2021.

Pero en caso de que al final éste no se concrete, el PAN acaba de renovar la dirigencia partidista en esa alcaldía, enviado al frente a la maestra Patricia Álvarez, quien pertenece a la planilla del diputado federal Jorge Romero.

 

CENTAVITOS

A ver, ¿cómo está eso de que si las autoridades de Salud decidieron que en México la estrategia contra el covid fue no aplicar pruebas masivas para detectar contagios —que son carísimas—, en dos días los senadores aplicaron 800, y los diputados han gastado 10 millones de pesos del erario en pruebas para ellos? ¿O sea, no hay pruebas para el pueblo, pero para ellos sí? Eso sin contar que legisladores y funcionarios no se atienden en el Insabi, sino en hospitales fifís.

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