Logo de Excélsior                                                        
Nacional

PRI enfrenta quinta crisis en los últimos 22 años

Luego de su derrota presidencial en 2000, de la pugna interna en 2006 y de la pérdida de poder paulatino, el Revolucionario Institucional ahora enfrenta el reto de no quedarse con las manos vacías en estados

Leticia Robles de la Rosa | Ciudad de México | 13-06-2022
PRI enfrenta quinta crisis; siglo XXI
20.1 millones de mexicanos serán gobernados por el PRI, luego las pasadas elecciones de junio. Fotos: Karina Tejada y Archivo

Por primera vez en su historia huérfano de un Presidente de la República emanado de sus filas, sin gobernadores que suplan la ausencia del mandatario federal, porque sólo le quedan dos y con sectores que mueren de inanición, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) afronta su quinta crisis en los últimos 22 años, aferrado a quien fuera su acérrimo adversario durante 87 años: el PAN. 

Los comicios del pasado domingo 6 de junio mostraron que en seis años el PRI perdió dos millones 116 mil 803 votos en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, lo cual significa que tres de cada cinco votantes de esas seis entidades donde se renovaron gobernadores dejaron de respaldarlo, aunque en algunos casos, como Aguascalientes, Tamaulipas y Quintana Roo, la pérdida de simpatizantes superó el 80 por ciento. 

Los cómputos distritales de las elecciones del 2016 y del 2022 permiten ver que el PRI en Aguascalientes pasó de 189 mil 852 votos a 35 mil 36, es decir, perdió 154 mil 816 votantes, equivalentes al 81.5 por ciento. 

 Para el caso de Durango, donde el PRI se mostró nuevamente como un partido competitivo, al lograr el mayor aporte de votos en la alianza que formó con el PAN y el PRD, también perdió votos, respecto de las preferencias registradas hace seis años, cuando perdió por primera vez esa gubernatura. 

 En el 2016 hubo 270 mil 746 personas que votaron por el PRI para el gobierno de Durango, pero en este 2022 lo hicieron 215 mil 251 duranguenses, es decir, pese a ganar, disminuyó en 55 mil 495 los votantes en su favor, equivalentes a 20.49% de los ciudadanos que participaron en los comicios. 

 Tamaulipas, que fue gobernado por el PRI desde 1929 hasta el 2016, es un estado que el domingo 6 de junio castigó al priismo, pues mientras en 2016 obtuvo 486 mil 124 votos, en este 2022 logró únicamente 64 mil 462 votos, es decir, una caída de 421 mil 662 votantes, que equivalen a 86.5%, de acuerdo con datos de los conteos oficiales de las elecciones. 

 Quintana Roo es el caso con la mayor caída electoral del PRI en la gubernatura, pues en este 2022 obtuvo sólo 14 mil 758 mil votos, que comparados con los 120 mil 84 que obtuvo en 2016, año en que perdió por primera vez esa gubernatura, se observa que perdió 105 mil 326 votos, equivalentes al 87.7% de quienes apostaban por sus gobiernos. 

En esa entidad se registró un fenómeno de diferenciación de voto, porque mientras sólo votaron 14 mil 758 personas por su candidata a la gubernatura, para la elección de diputados tuvo el respaldo de 24 mil 424 quintanarroenses, aunque ni así le alcanzó para ganar una sola diputación de mayoría relativa. 

 Pero además, el PRI perdió Oaxaca, una entidad que recuperó hace seis años, luego de perderla por primera vez en el 2016; el nivel de votación fue 52.8% menor al obtenido un sexenio atrás. 

En el 2016, el PRI obtuvo 525 mil 858 votos para quedarse con la gubernatura y en este 2022 logró sólo 247 mil 771 votos, es decir, perdió en seis años 278 mil 87, equivalente a una caída de 52.8%, de acuerdo con cifras oficiales. 

 Las derrotas del PRI el pasado domingo incluyeron Hidalgo, uno de los tres últimos bastiones que le quedaban. 

 Su descalabro incluyó haber perdido poco más de la mitad de quienes votaron por él en su último triunfo. 

Hace seis años fueron 524 mil 139 los votos que le dieron el triunfo al PRI en la gubernatura y este año consiguió 248 mil 179, es decir, se fueron 275 mil 960 apoyos históricos, equivalentes a una disminución del 52.8 por ciento. 

De esta forma, el PRI pasó de tener un total de dos millones 116 mil 803 votos en esos seis estados del país a únicamente 825 mil 457, es decir, tuvo una merma de un millón 291 mil 346 votos, equivalentes al 61% de históricos militantes y simpatizantes.  

DERROTAS AL HILO 

Perder en cuatro de las seis entidades federativas en disputa y quedar en tercer lugar de preferencias electorales en Aguascalientes, pese a ir en alianza con el PAN, fuerza política ganadora en esa entidad, se suman a las derrotas registradas el año pasado, cuando perdió 6 entidades. 

Con las derrotas en Hidalgo y Oaxaca, Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, se convierte en el único dirigente priista en perder 10 gubernaturas al hilo en sólo dos años, con lo cual el PRI pasó de gobernar a 44.3 millones de mexicanos en 13 estados a sólo 20.1 millones de mexicanos en dos estados: Coahuila y Estado de México. 

En las elecciones del 2021, el PRI perdió Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; en este 2022 perdió Oaxaca e Hidalgo. 

Pero además de esas 10 gubernaturas que perdió, en otras cinco no pudo ganar, como son los casos de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Michoacán, Nuevo León y Querétaro. 

Numéricamente, el PRI está en su más mínima expresión, pues no tiene la Presidencia de la República; sólo gobierna dos estados; su presencia en el Congreso de la Unión es la más pequeña de su historia. 

Los datos históricos del PRI muestran que Beatriz Paredes es la que posee el récord de más triunfos, al mantener 12 gubernaturas, recuperar siete y perder cinco; Pedro Joaquín Coldwell mantuvo una, ganó una y perdió una; César Camacho Quiroz mantuvo tres, ganó dos y perdió tres; Manlio Fabio Beltrones mantuvo tres, ganó dos y perdió siete gubernaturas; René Juárez Cisneros mantuvo dos, no recuperó ninguna y perdió dos; Enrique Ochoa Reza mantuvo tres, recuperó dos y perdió tres. 

QUINTA CRISIS INTERNA 

 Desde que perdió la Presidencia de la República, en el año 2000, el PRI registra cinco crisis internas. 

La primera, derivada de su derrota presidencial, cuando Dulce María Sauri era la presidenta nacional, los priistas se descontrolaron, porque 71 años después de encabezar la Presidencia de la República fueron sacados de Los Pinos por el panista Vicente Fox, aunque conservó su posición como primera fuerza política en la Cámara de Diputados y en el Senado, amén de tener la gubernatura en 22 de las 32 entidades federativas. 

La orfandad inédita priista, al quedarse sin un Presidente de la República emanado de sus filas, provocó que los gobernadores se convirtieran en el poder dentro del partido y como factores indispensables para garantizar la gobernabilidad nacional en el mandato de Vicente Fox, por lo que comenzaron a crecer en influencia al grado de ser llamados, coloquialmente, como virreyes. 

 En esas circunstancias, el PRI fue a un proceso electoral interno para elegir a su nueva dirigencia. El tabasqueño Roberto Madrazo y la chiapaneca Elba Esther Gordillo arrasaron en la interna y se convirtieron en el presidente y secretaria general del partido, pero la alianza de Elba Esther Gordillo con el gobierno de Vicente Fox, que la llevó a tener un rompimiento con su bancada en la Cámara de Diputados, así como los afanes presidenciales de Roberto Madrazo, provocaron un cisma en el partido. 

Hacia 2006 Roberto Madrazo se impuso como candidato presidencial y perdió. Por primera vez, el PRI quedó en tercer lugar de preferencias electorales en la Cámara de Diputados y el tamaño de su bancada en el Senado se redujo en dos terceras partes. 

 Los priistas decidieron expulsar a Elba Esther Gordillo, que se llevó al millón medio de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que ella comandaba, por lo que fue la merma más tajante que tuvo el priismo en un solo momento. 

 Los priistas eligieron a Beatriz Paredes como dirigente nacional y a Jesús Murillo Karam como secretario general. Juntos se mantuvieron cuatro años en sus posiciones y recuperaron siete gubernaturas, amén de mantener 12 y en 2009 conquistar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, además de encaminar al partido en el sendero de la conquista presidencial. 

 Pero en 2011 el PRI volvió a tener una crisis interna que provocó la salida de su recién electo dirigente nacional, Humberto Moreira, y, de facto, el llamado grupo de Los Tolucos se apoderó de las decisiones del partido, que en 2016 operaron para que el entonces dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, perdiera siete gubernaturas y decidiera renunciar de inmediato a la dirigencia. 

La cuarta crisis fue en 2021, cuando pierde ocho gubernaturas, pero el dirigente nacional, Alejandro Moreno, logró sortear el vendaval, con el apoyo de los gobernadores que quedaban. 

 Ahora, vive nuevamente una crisis en la que después de al menos 12 meses de silencio, los expresidentes nacionales del partido que han conducido sus pasos en este siglo se reunirán con el polémico dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas. 

 La idea es encontrar entre todos la ruta que debe seguir el partido para superar la crisis que tiene hoy y evitar que pierda los gobiernos del Estado de México y Coahuila frente al poder del partido Morena, que se ha alimentado de la estructura priista para construir su poder en territorio nacional. 

 Independientemente de los resultados obtenidos, después de cada elección, el PRI debe realizar un ejercicio de autocrítica, porque eso le ayuda a detectar oportunidades, sobre todo rumbo a conservar las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila, explicó el diputado priista José Yunes, uno de los priistas que en 2021 logró el triunfo en las urnas en contra de Morena para llegar a la Cámara de Diputados. 

Jorge Carlos Ramírez Marín, el único priista que en 2018 ganó la elección para el Senado, por lo que es el único legislador de mayoría relativa en el Senado, destacó que pedir que el partido reflexione “no se debe interpretar como una revuelta interna ni mucho menos”. 

 

Ofrecen gobiernos ejemplares 

Los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés, y del PRI, Alejandro Moreno, ofrecieron que los gobiernos en Aguascalientes y Durango serán ejemplares en el país, apegados a la eficiencia y comprometidos con la sociedad. 

 Mediante comunicados de prensa por separado, ambos dirigentes partidistas explicaron que el pasado 5 de junio los mexicanos de Aguascalientes y Durango refrendaron su confianza en los partidos que integran la Alianza Va por México y hay compromiso por hacer un trabajo que beneficie a sus poblaciones. 

“En Aguascalientes y Durango, donde fue clara y contundente la victoria de la Coalición Va por México, Acción Nacional demostrará con hechos que sí hay otra forma de gobernar dando resultados, porque creemos firmemente en el impulso a la libre empresa, en el desarrollo económico sustentable y en un ambiente de certeza jurídica, de seguridad y paz, como lo hacemos dónde somos gobierno”, difundió Marko Cortés. 

 Añadió que “los gobiernos de Acción Nacional y de la coalición Va por México en Aguascalientes y Durango impulsarán inversiones que generen empleos mejor pagados para combatir la pobreza y disminuir la desigualdad social. 

 Señaló que, tanto Tere Jiménez como Esteban Villegas, tienen la experiencia y la capacidad para trabajar en equipo y de la mano con la sociedad”. 

Resaltó que “nuestros gobiernos tendrán el sello de garantía panista, de la eficiencia”. 

— Leticia Robles de la Rosa 

 

Primero es el proyecto: Delgado

El líder nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, advirtió que su partido no se irá “al precipicio” con la Alianza Va por México, porque no es una fórmula ganadora y “lo que hay que imaginar es una salida inteligente”, en donde primero se defina el proyecto de nación y después se decida al candidato. 

En conferencia de prensa, ayer Movimiento Ciudadano mostró sus números para ilustrar que a pesar de haber obtenido baja votación en las elecciones del pasado domingo en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas —en Quintana Roo quedó en tercer lugar de preferencias electorales— se considera como un partido que puede ser una fórmula ganadora en 2024, en las elecciones presidenciales. 

Habló de cifras que, de acuerdo con su visión, demuestran que la Alianza Va por México no es triunfadora, pues el PAN perdió el 42% de su votación; el PRI el 54% y PRD el 77 por ciento. 

Interrogado sobre la insistencia de diversos analistas políticos para que Movimiento Ciudadano se sume a la alianza que han formado PRI, PAN y PRD, Dante Delgado resaltó que “ellos no se han sumado en todos lados, ¿por qué esas excepciones?, si tenían claridad en el rumbo. 

“¿Por qué ellos mismos no son congruentes con lo que plantean? ¿O no son actos de inconsistencia el que quieran que Movimiento Ciudadano se vaya al precipicio con ellos, cuando lo que tenemos que hacer es imaginar una salida inteligente, rompiendo paradigmas para salir adelante?”, planteó. 

— Leticia Robles de la Rosa 

 

 

 

Visita nuestra Última hora

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales