¿Madre, sólo hay una?; ya no hay estereotipos
Faltan políticas que tengan como eje de articulación el pleno cumplimiento de los derechos de las mujeres

CIUDAD DE MÉXICO.
En diferentes espacios y medios se ha fomentado la construcción simbólica de un solo “tipo de madre” en México: la mujer abnegada que sacrifica todo por sus hijas e hijos. Sin embargo, éste y otros estereotipos no corresponden necesariamente con la enorme diversidad y pluralidad de visiones y posturas que hoy existen en nuestro país.
Al respecto, los datos que aporta el Censo del 2020, respecto de la configuración de los hogares mexicanos y las tasas de fecundidad entre adolescentes y mujeres jóvenes permiten mostrar la enorme complejidad asociada a este tema y a la ausencia generalizada de políticas públicas que tengan como eje de articulación el pleno cumplimiento de los derechos de las mujeres.
Mujeres jefas de hogar
Un dato de suma relevancia que se puede conocer a través de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, presentados recientemente por el Inegi, es el del número de mujeres que son la persona de referencia del hogar, que no tienen cónyuge y que tienen hijas e hijos. A diferencia de otros censos, en esta ocasión el Censo permite conocer en qué casos las mujeres son jefas de hogar, pero sin pareja en unión civil.
En efecto, el dato para el país, en 2020, es de 5.4 millones de mujeres que registran esta característica. 3.32 millones de ellas se agrupan en hogares nucleares; 2.061 millones encabezan hogares ampliados, y 64 mil 389 son las jefas de hogares compuestos. Es importante destacar al respecto que el total de hogares con jefas exclusivas y que no tienen cónyuge, representan 17.9% del total de hogares del país.
A nivel estatal hay importantes diferencias respecto de este indicador, pues en 14 entidades se tienen porcentajes más elevados al del promedio nacional: la Ciudad de México encabeza la lista, con un 22.7% de hogares con la característica señalada; Morelos, con un 20.4%; Guerrero, con el 19.9%; Puebla, con el 19.1%; y Sonora y Veracruz registran un 19% en cada uno de ellos. En contraste, los estados con menores porcentajes son Nuevo León, con 13.9%; Quintana Roo, 14.6%; Coahuila, 15.3%; Yucatán, 15.4%: y Chiapas y Zacatecas, 15.5% en cada una de ellas.
Debe decirse al respecto que, en este caso, un mayor o menor porcentaje no necesariamente representa mejores o peores condiciones de vida para las mujeres, y cada caso particular debe analizarse en función de si esta característica responde a decisiones autónomas, en un marco de cumplimiento, o no, de sus derechos.
Altos niveles de embarazo adolescente
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la tasa de fecundidad específica para el grupo de 15 a 19 años en México es de 43 niñas o niños nacidos vivos, por cada mil mujeres en el grupo de edad.
Sin embargo, ese indicador tiene muy importantes variaciones entre las entidades federativas, siendo las que registran los promedios más altos: Chiapas, con una tasa de 64.8; Michoacán, 55.3; Guerrero, 55.2; Durango, 55; Puebla, 53; Tabasco, 51.4; Coahuila, 49.6; Nayarit, 49.3, y el estado de Oaxaca, 49.1.
En contraste, las entidades con menores tasas de fecundidad entre adolescentes son: Sinaloa, 36; Baja California Sur y Jalisco, 35.4; Querétaro, 31.9, y Ciudad de México, 26.4 por cada mil en el grupo de 15 a 19 años de edad, de acuerdo con datos oficiales.
EL EDITOR RECOMIENDA




