Excélsior en la Historia: La Piedra del Sol, a 222 años de su descubrimiento
En un día como hoy pero de hace 222 años, fue encontrado este disco de basalto mejor conocido como Calendario Azteca con inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y cultos solares

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de diciembre.- El 17 de diciembre de 1791 fue descubierta la Piedra del Sol o más conocida como Calendario Azteca durante los trabajos de nivelación a un costado de la Plaza Mayor del Centro Histórico.
En un día como hoy pero de hace 222 años, fue encontrado este disco de basalto con inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y cultos solares.
Es una de las piezas monumentales más representativas de la civilización azteca, se trata de un disco de piedra basáltica de 3.60 metros de diámetro y 122 centímetros de grosor, con un peso de más de 24 toneladas.
Probablemente fue un recipiente ceremonial o un altar de sacrificio gladiatorio, involucrado probablemente en la festividad mexica Tlacaxipehualiztli.
En el 2009 se encontró que el rostro ubicado en el centro de la escultura, podría corresponder a una deidad mexica importante: El dios del sol, Tonatiuh.
Deidad importante
El monolito labrado hace más de mil 500 años, es la pieza arqueológica más representativa y emblemática de dicha cultura descubierta hasta la fecha.
El dios Tonatiuh fue una de las deidades más importantes para los mexicas, no solo representa al sol, dentro de la cosmogonía azteca, también encarnaba la exaltación de la guerra como elemento renovador.
De acuerdo al arqueólogo Felipe Solís la cara labrada en el centro del Calendario Azteca podría ser la representación de Tonatiuh, ya que su rostro aparece rodeado del disco solar, tal como en los códices originales que no tuvieron influencia colonialista.
Tonatiuh ha estado envuelto en la polémica de los especialistas ya que el rostro que aparece en el centro de la también llamada Piedra del Sol o Cuauhxicalli podría no pertenecerle, sin embargo por encima y debajo del rostro aparecen grabados que representan los símbolos de las cuatro eras o soles que podrían confirmar la teoría.
Los cinco soles
Este monolito es un monumento cronográfico, que narra la historia del tiempo azteca y la manifestación de los cinco soles.
En su parte superior muestra el numeral 13-Caña (1479), que corresponde a la fecha en la que los mexicas situaban el nacimiento del Quinto Sol en Teotihuacan, y el reinado de Axayácatl.
De acuerdo a un artículo de Conaculta, "Hallazgos en el Calendario Azteca", en la Piedra del Sol lo que podría identificarse como el dios Tonatiuh está representado en el centro del monolito, donde se observa con sus dos manos, cada una con una pulsera, un ojo y una ceja, porque nada se le puede ocultar.
Además en cada una de ellas, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua está representada como un cuchillo pedernal.
En 2009 se realizó un análisis pormenorizado de los pigmentos del rostro del Calendario Azteca y los resultados determinaron la presencia de tonalidades rojas y matices en amarillo ocre como una representación simbólica e iconográfica del Sol, la luz y la energía.
Lo que no sabías
También se sabe que tuvo un uso en posición horizontal, no vertical, como se exhibe hoy en día, y funcionaba como una plataforma de sacrificio gladiatorio, incluso posee una cavidad que servía como depositario de corazones y de sangre del guerrero vencido.
Se sabe que se realizaban sacrificios al dios Tonatiuh pero es difícil precisar cuantos, sobre todo por la influencia colonialista, que en su afán de descalificar la cultura local probablemente exageró el número estimado, concluyó el arquéologo Javier Solís.
La Piedra del Sol es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de la cultura mexica, cuyo tallado fue fechado alrededor del año 1479.
En el Templo Mayor de México-Tenochtitlán, probablemente ocupó un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco.
Antes del reciente descubrimiento del monolito de Tlaltecuhtli, dios-diosa de la tierra, con sus 4 por 3,57 metros de altura y que se encuentra actualmente en proceso de salvamento y restauración, se pensaba que la Piedra del Sol era el más grande en dimensiones.
Fue derribada o enterrada al consumarse la Conquista de México y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo, la plaza mayor de Ciudad de México, el 17 de diciembre de 1790. Fue colocada a un costado de la Catedral Metropolitana. A finales del siglo XIX se trasladó al Museo Arqueológico de la calle Moneda y en 1964 fue trasladada al Museo Nacional de Antropología e Historia, donde preside la Sala Mexica de dicho museo y está inscrita en diversas monedas mexicanas. (Con información de Conaculta)
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