Así fue la experiencia de Mauricio Mancera viviendo en África; "casi me deportan"

Algo que tal vez pocos saben sobre Mauricio Mancera, conductor de “Sale el Sol” es que por 15 años vivió en Mozambique, África, como parte de un voluntariado que hizo con una ONG danesa. El conductor contó en entrevista con Yordi Rosado que tuvo que realizar, entrevistas y ensayos para poder ser aceptado.

“Pensaban que me iba a volver budista, pero no, me fui a trabajar en la educación, me fui a capacitar primero (…), un día antes de irme a Mozambique, le hablé a mis amigos por Skype llorando porque tenía miedo de irme porque siento que no estoy capacitado, que voy a estorbar y estoy capacitándome, pero siento que estoy en una escuela patito, no aprendí nada, voy a quedar mal a la ONG y me dijeron: ‘tranquilo, ve, es tu miedo porque te importa hacer las cosas bien’”, recordó el famoso.

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Al llegar a Mozambique, Mauricio Mancera se quedó con la comunidad y recordó el pequeño lugar en el que durmió todo ese tiempo.

“Mi piso era arena, mi cuarto era de carrizo, como de dos metros por dos metros, entraba el aire, la luz, polvo. Abría la puerta y veía sapos, me caían ratas unas 120 veces. Estaba dormido y aprendías a leer, cuando oscurecía las escuchabas caminar y decía: ‘me van a caer’ y en sus corretizas caían, salían de la almohada, era un catrecito, movía mi spleeping bag y salían”.

El conductor también habló sobre la forma en la que viven en Mozambique y que debido a que no había mucho que comer llegó a México pesando 46 kilos.

“Lo bonito y lo peor que tiene es su falta de desarrollo porque es el ser humano bueno y un niño es feliz con una corcholata. Nosotros usábamos un cuchillo, cinco familias, y nunca fue un tema, si tienen lo comparten (…), el desayuno era un pedazo de bolillo y té, de repente, en todos los meses como diez veces me tocó un pedazo de queso, yo regresé pesando 46 kilos”.

A pesar de las dificultades o precariedad que se vive en este lugar, Mauricio Mancera señaló que estaba feliz de poder ayudar, ya que daba clases a los futuros maestros, sin embargo, relató que estos maestros trataban mal a los niños e incluso los golpeaban.

“Desde el día uno, de mis momentos más felices a pesar de que caminabas a la fuente con tu cubetita para bañarte, no hay drenaje, había letrina y no necesitaba nada, era feliz. Solo hubo un día que me cuestionó todo, yo daba clases a futuros maestros y daba clases dentro de escuela rurales, en las escuelas había un maestro que era un tipazo, los maestros son rudos, les pegan a los niños y tenían mucho prestigio. Había uno que era un tipazo, yo creo que tenía como 23 años y a mí me tocó ver como el maestro (…), le pegaba a un niño y no puedo con esto, ¿qué hago acá? ¿para qué pierdo mi tiempo?”.

Casi deportan a Mauricio Mancera

El también actor comentó en la entrevista que su plan era quedarse más tiempo en Mozambique, sin embargo, en una ocasión que tuvo vacaciones todo se complicó y tuvo que dejar África.

“Mi idea era nunca regresarme, pero de hecho casi me deportan de Mozambique porque mi visa era de una entrada y yo dos semanas que tuve de vacaciones me fui a Tanzania y Malaui y cuando regreso a Mozambique, regresé cruzando en una canoa con dos personas remando y yo sacando el agua de la canoa. Llego a la frontera, me sellan como en una mesa de plástico, me sellan mi pasaporte y en una de esas la fundación danesa me pide mis papeles para algo, se los doy y me dicen que estoy de ilegal, que mi visa era de una entrada y ya tengo dos, esto es cárcel. No había consulado mexicano y en ese omento fue de que te tenemos que sacar, me voy a la capital y entra en huelga el país (…), había tanques de guerra en la calle y prohibido salir a la calle y yo salgo, avientan gas lacrimógeno. No puedes respirar, los ojos, escuchas gritos, balazos, incendios”.

“Me tienen que sacar tirado en un taxi, era un coche porque no pueden ver que un mozambicano pudiera manejarle a un blanco porque pensaban que estaba trabajando (…), llego al aeropuerto y yo ya no tenía mi pasaporte, me abren una puertita y me llevan al avión sin pasar por nada, lo hizo la ONG. Ya despegando se acera la sobrecargo y me entrega mis papeles”.

PJG