Sofía G. Buzali disecciona el mito de Clarice Lispector

El punto de partida de Ella, Clarice Lispector, novela de Sofía G. Buzali, es la madrugada de 1966, justo cuando una ambulancia traslada el cuerpo de Clarice al hospital, luego de ser rescatada de los escombros de su departamento –incendiado a causa de un cigarrillo que dejó encendido–, lo que provocó quemaduras de tercer grado en la mano derecha y en parte del cuerpo de la escritora.

Lo que quise hacer con este libro fue indagar qué había detrás de esa escritora famosa llamada Clarice Lispector (1920-1977), así que hice la lectura de su obra y de las biografías que elaboraron Benjamin Moser y Nadia Gotlib, en las cuales me basé para hacer este libro”, dice en entrevista Sofía G. Buzali.

Poco a poco quise descubrir qué había más allá del mito de Clarice, porque lo que deseaba era descubrir al ser humano, como mujer, esposa, madre, sus dolores, entender su destino y su misticismo. Ella era una mujer muy mística, que además eso se revela en su obra”, explica.

¿Por qué decidió iniciar con el accidente de Lispector en su novela? “Esa parte de su vida fue lo que más me impactó, y al enterarme de esa parte, eso fue lo que me invitó a escribir sobre Clarice”.

La novela también recupera cómo incidió en Lispector el mundo diplomático, en el cual vivió mientras permaneció unida a Maury Gurgel, padre de sus hijos, así como su relación con sus hermanas, la escritora Nélida Piñón, su secretaria Olga Borelli, el mundo del tarot y su reconexión con la escritura luego del accidente, a partir del cuento infantil El misterio del conejo que sabía pensar.

Se trata, en esencia, de una ficción que parte de hechos relatados en sus biografías para trazar un recorrido por algunos de los aspectos y momentos clave en la historia personal de Lispector, desde su nacimiento en Ucrania hasta la migración de su familia a Brasil y el accidente que incidió en la última década de su mirada literaria.

¿Por qué decidió poner en la portada de su libro la fotografía de una actriz que interpretó a Lispector? “Se llama Rita Elmore. Todas sus fotografías están en las portadas de todos sus libros, pero cuando vi esa imagen de Elmore, pensé que era Clarice, porque sí representaba a esta mujer aparentemente fatal, aunque no lo era.

Y entonces dije: ‘Ésta es exactamente la Clarice que, a través del tiempo y después del incendio, perdió’, pues perdió su belleza y  ya no pudo tener relación con los hombres, es decir, esa parte sensual murió”, afirma.

Por último, Sofía G. Buzali habla de la relación que Clarice sostuvo con Nélida Piñón. “Yo creo que Nélida Piñón fue una de las grandes amigas de Clarice, y al final también su secretaria que fue Olga Borelli”.

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