Rosario Castellanos, una faceta más humana y terrenal
La muestra reúne objetos, manuscritos, y fotografías de la autora; un acervo que se exhibe por primera vez y habla sobre su trayectoria de vida

El lado humano y cálido de la escritora Rosario Castellanos (1925-1974), “el menos formal, menos tieso, no de ídolo, más aterrizado. La Rosario de carne y hueso, que se sale de lo institucional”.
Así desea el internacionalista Gabriel Guerra Castellanos que los lectores recuerden a su madre, la poeta y narradora de la que este año se conmemora el centenario de su natalicio, el próximo 25 de mayo.
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Por esta razón, el politólogo decidió abrir las cajas donde guardaba el archivo personal de la autora de Balún Canán y Ciudad Real, que cuidó celosamente durante 50 años, y compartir por primera vez los objetos, fotografías y documentos que integran la exposición Un cielo sin fronteras. Rosario Castellanos: archivo inédito.

La muestra, que se inauguró anoche en el Antiguo Colegio de San Ildefonso y se puede visitar a partir de hoy, echa luz a través de unas cien piezas sobre la Rosario niña, con su hermano menor antes de fallecer y su nana; la estudiante adolescente y la joven universitaria, con su falda escolar y sus tenis.
Además de objetos como su máquina de escribir, de la que guardó la factura, sus lentes, cuardernos, credenciales, pasaportes y plumas, se exhiben imágenes inéditas de sus viajes, de la convivencia con sus amigas, entre ellas la poeta Dolores Castro; y de la mujer madura, escritora y diplomática.
Es una trayectoria de vida, un recorrido por la obra y la creación de una persona”, detalla Gabriel Guerra.
Por su parte, la escritora Julia Santibáñez, directora de Literatura de la UNAM comenta que “nunca se le había rendido un homenaje de este tamaño a una escritora mexicana. Son las cosas que ella valoró en vida, lo que ella guardó y su hijo preservó durante décadas.

Buscamos conocer otros costados de Rosario: el sentido del humor que fue tan importante en su escritura, del que no se ha hablado demasiado. Se le representa más bien como una mujer sufrida por amor, que se deshacía en desesperación. Que sí lo fue a los 25 años, pero fue otras muchas cosas”, detalla en entrevista.
EXPOSICIÓN MUESTRA EL LADO HUMANO Y TERRENAL DE LA ESCRITORA
La promotora agrega que esta exposición “nos habla de una Rosario muy humana, muy terrena, que tenía deudas, broncas, inseguridades de su propia escritura. Es una Rosario muy querible, muy cercana a nuestro tiempo.
Compartimos sus inquietudes y las dos banderas que enarboló: los derechos de la mujer y los de los pueblos originarios. Nos enseña los temas que la hacían vibrar, la escritura y la literatura”, agrega.

Guerra Castellanos aclara que aún no se ha planteado donar el acervo personal de su madre a una institución. “Esta es una pincelada de lo que es. No es el archivo completo. Hay que pensar bien dónde se puede quedar, pues debe ser un lugar accesible, que se preocupen por su divulgación.
Pero no es un tema que esté conversando ni negociando con nadie. No he tenido ofertas del extranjero. Es una puerta que no he abierto. Rompí esos 50 años de prudencia y discreción, porque el centenario de Rosario lo amerita. Pero aún sigo encontrando documentos entre sus libros”, dijo al final del recorrido por la muestra.
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*mcam
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