Milan Kundera el sarcástico observador

CIUDAD DE MÉXICO.

 “El novelista es aquel que, como decía Flaubert, aspira a desaparecer detrás de su obra”, aseguró en una ocasión Milan Kundera (Brno, República Checa, 1929) el autor clásico que mañana  cumplirá 90 años.

 De origen checo pero nacionalizado francés, Kundera sigue siendo un observador sarcástico de la condición humana y uno de los eternos candidatos al Premio Nobel de Literatura, un escritor consagrado como uno de los grandes autores contemporáneos.

Es el famoso autor de La insoportable levedad del ser, de El libro de la risa y el olvido y uno de los pocos escritores que ha logrado publicar en vida su obra dentro de la colección francesa La Pléiade, reservada exclusivamente a los clásicos.

Aunque es cierto que no se puede esperar una declaración pública en ocasión de su aniversario, dado que el escritor huye de los reflectores desde hace más de tres décadas, aunque en ocasiones se le puede ver paseando con su esposa Vera en un barrio e París.

Nacido en una familia de músicos, Kundera es un artista polifónico y sus escritos combinan la ironía, la inteligencia y una elegante desesperanza.

Antes de la primavera de Praga, en 1968, ya era un escritor de primer plano gracias a su novela La broma (1967), un amargo balance de las ilusiones políticas de la generación de 1948, y al El libro de los amores ridículos.

Se adhirió al Partido Comunista (PC) checo en 1948, antes de ser excluido dos años más tarde. Y después de cursar estudios de literatura y cine, enseñó en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga. Su primer libro de poemas, El hombre es mi jardín (1953) quedó impregnado de marxismo y hacia  1958 volvió a ser admitirlo en las filas del PC, pero volvió a ser excluido en 1970.

Hacia 1975, Kundera se exilió en Francia con su esposa Vera y se naturalizó francés seis años después. Desde entonces eligió la lengua de Molière como opción de escritura para marcar su ruptura con su país natal, que le retiró la nacionalidad checa en 1978.

INNOVAR AL ESCRIBIR

Profesor en la Universidad de Rennes hasta 1979, Kundera pensó haber puesto punto final a la literatura con La despedida (1973), una novela en la que se entrecruzan los destinos de ocho personajes, pero la confrontación con Occidente volvió a inspirarlo.

La insoportable levedad del ser (1984) lo consagró como uno de los mayores escritores contemporáneos, definido por algunos expertos como un relato moral sobre la libertad y la pasión, en el plano individual y colectivo, en los ojos de Tomas, Tereza y Sabina, quienes enfrentaron la primavera de Praga y el exilio.

“Mi ambición es decir lo que los demás no dijeron. Si no se innova no es necesario escribir”, dijo Kundera en una entrevista, ante lo cual buscaba “conciliar la novela con la filosofía y la inteligencia y hacer que el pensamiento entrara en la novela”.

Desde el exilio, Kundera regresó varias veces a su país natal, pero siempre de incógnito.

Hasta 1997, solo cuatro de sus libros habían sido publicados en su país natal. Una década más tarde, en octubre de 2008, el semanario checo Respekt publicaba una violenta diatriba contra Kundera, acusándolo de haber denunciado en 1950 al opositor Miroslav Dvoracek, condenado a 22 años de trabajos forzados.

El escritor lo desmintió terminantemente. “Puras mentiras”, replicó. Sus detractores le reprocharon además haber dado la espalda a sus compatriotas y no haber apoyado a los disidentes tras su exilio.

En 2009 protagonizó un nuevo escándalo en su país, al rechazar la invitación a una conferencia internacional sobre su obra en Brno, calificándola en una carta a los organizadores de “fiesta necrofílica”.

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