Alergias estacionales en perros: cómo detectarlas y qué hacer

Las alergias estacionales en perros pueden confundirse con otros problemas de piel o respiratorios.

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Los perros son susceptibles a alergias estacionales

Estornudos frecuentes, lagrimeo en los ojos o picazón constante en la piel. Estos son algunos de los signos que pueden presentar los perros cuando sufren alergias estacionales, un problema que se acentúa en épocas de calor, lluvias o cambios de estación.

“Una alergia es una reacción exagerada del sistema inmune frente a un agente externo que percibe como dañino. En los perros, este proceso se desencadena ante polen, ácaros, polvo o moho presentes en el ambiente”, explica Bernardo Finck, gerente técnico de Zoetis.

Cómo se diferencian de otras alergias

Los especialistas clasifican tres tipos principales:

  • Alergias por pulgas: muy comunes en perros, se manifiestan con picazón intensa en la base de la cola y pérdida de pelo por la reacción a la saliva de la pulga.
  • Alergias alimentarias: provocadas por harinas o ciertas carnes, suelen reflejarse en problemas digestivos o también en la piel.
  • Alergias estacionales: ligadas a agentes ambientales como polen o polvo. Se presentan en épocas específicas y causan estornudos, secreción nasal, lagrimeo y dermatitis.

A diferencia de las alimentarias o por contacto, las estacionales están directamente relacionadas con el clima y la exposición ambiental.

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Signos de alerta en casa

Finck enfatiza que los dueños deben observar de cerca a sus mascotas:

  • Rascarse o lamerse con frecuencia patas, abdomen o zona perianal.
  • Pérdida de pelo en áreas específicas.
  • Ojos enrojecidos, con lagrimeo o lagañas abundantes.
  • Estornudos y secreción nasal persistente.
  • Lesiones en la piel que pueden infectarse por rascado constante.

“Los perros no nos dicen qué sienten; los signos están en su comportamiento y en su piel. Si vemos rascado constante, zonas húmedas en el pelaje o irritación en ojos y oídos, es momento de acudir al veterinario”, advierte el especialista.

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Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico correcto requiere una historia clínica detallada: si el perro cambió de alimento, si viajó recientemente o si los signos se repiten en la misma temporada. El veterinario puede recurrir a pruebas de sangre, raspados en piel o citologías para descartar hongos y otras infecciones.

El tratamiento dependerá de cada caso, pero puede incluir antihistamínicos, antiinflamatorios o champús especiales.

“No basta con dar un medicamento. Es fundamental también modificar hábitos en casa: bañar al perro con productos adecuados, limpiar su cama, mantener los espacios libres de polvo y, en algunos casos, restringir su acceso a ciertas áreas del hogar o jardín”, explica Finck.

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¿Algunas razas son más propensas?

Aunque no hay una predisposición marcada por raza, el estilo de vida y el cuidado influyen directamente.

Perros con pelo largo o que viven en ambientes muy húmedos pueden retener más alérgenos en su pelaje. Por ello, mantenerlos desparasitados, con chequeos veterinarios regulares y con baños cada tres o cuatro semanas es clave.

De lo estacional a lo crónico

Si no se atienden a tiempo, las alergias estacionales pueden volverse crónicas y mucho más difíciles de tratar.

“La exposición repetida a los mismos alérgenos exacerba la respuesta inmune y hace menos efectivos los tratamientos. Un diagnóstico y manejo adecuados desde el inicio son fundamentales para evitar complicaciones”, concluye Bernardo Finck.

bgpa