"Cuerpo presente", de Lola Silva: un poemario para hablar de lo que no se puede decir

La escritora mexicana habla de su proceso creativo y trabajo constante que se refleja en su primer poemario de manera muy personal.

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Cuerpo presente, poemario de Lola Silva.Lola Silva.

La escritura de la mexicana Lola Silva Aguayo  se sostiene en la exploración de aquello que durante mucho tiempo no pudo decirse en voz alta. Poeta, publicista y comunicóloga egresada de la UNAM, Silva ha construido una obra que transita entre la introspección, la mística y la denuncia, y que encuentra en la poesía un espacio de libertad absoluta. Su primer poemario, Cuerpo presente (Libros del Marqués, 2024), es el resultado de un proceso largo, acompañado y profundamente consciente.

En entrevista, la autora explica que su acercamiento a la escritura fue gradual. Aunque estudió comunicación y desde entonces existía un interés claro por la narrativa y el lenguaje, su camino profesional se inclinó primero hacia la producción audiovisual y la publicidad. 

“La literatura siempre estuvo ahí, pero no como una profesión, sino como una pasión”, señala. 

Fue poco antes de la pandemia cuando esa inquietud se intensificó y se volvió constante. Para ella, ese periodo funcionó como un punto de inflexión: un momento en el que muchas personas pudieron volver a lo que realmente les movía. 

Silva recuerda que ya había tomado talleres y diplomados en escritura creativa años atrás, pero fue en ese periodo cuando comenzó a integrarse de forma más activa a grupos literarios. Al mismo tiempo, su trabajo escribiendo sobre publicidad y mercadotecnia le dio herramientas fundamentales. “Eso me ayudó a afilar la letra y a pensar más allá de una lectura básica”, explica, destacando cómo ese entrenamiento técnico influyó después en su escritura poética.

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Cuerpo presente, poemario de Lola Silva.Lola Silva.

Aunque inicialmente se planteó escribir novela y cuento, la poesía apareció casi como una revelación. “Mis amigos en la literatura me fueron llevando hacia la poesía y me di cuenta de que ahí había algo”, comenta. Lo que encontró fue un género que le permitía experimentar sin miedo al juicio. Para Silva, la poesía es un territorio libre, donde el error no existe como tal y donde la voz puede decir lo que en otros formatos resulta más difícil.

La inspiración de Cuerpo presente nace de una inquietud central: cómo nombrar aquello que suele silenciarse. La autora explica que muchos de sus ejercicios de escritura partían de una “voz callada”, atravesada por temas como el abuso, el dolor, la sensación de insuficiencia y las dudas existenciales. En ese proceso, la lectura de autoras como Rosario Castellanos y Alejandra Pizarnik fue decisiva. 

“Con Pizarnik entendí que se podía hablar del suicidio, del cansancio de vivir, del ya no querer estar, sin rodeos”, afirma. 

Esa posibilidad de nombrar lo oscuro, de manera metafórica o directa, fue liberadora.

Silva es clara al señalar que la literatura no necesariamente sana, pero sí permite un desahogo profundo. Cuerpo presente surge precisamente de esa necesidad. El poemario comienza con uno de los primeros textos que trabajó, nacido de una introspección acompañada por prácticas de meditación. “Siento que la literatura es como un conjuro”, explica, una forma de decretar, pedir, gritar y pronunciar la propia voz hacia el universo. El libro se articula como un viaje: un descenso a la oscuridad guiado por una pequeña luz interior, lo que ella describe como “el viaje de la heroína”, del desconocimiento hacia una forma de claridad.

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Cuerpo presente, poemario de Lola Silva.Lola Silva.

Uno de los temas que la autora defiende con mayor convicción es la importancia de los talleres literarios. Frente a la idea romántica del escritor solitario que produce obras maestras por inspiración divina, Silva plantea la escritura como un ejercicio colectivo.

“Uno escribe para que lo lean, para que lo critiquen y para que lo juzguen”, afirma. 

Escuchar lo que otros ven en un texto propio es, para ella, una parte esencial del proceso. Además, subraya que la escritura se construye con el tiempo: las obras cambian, pero también quien las escribe. 

“Hoy leo textos míos y pienso que esa escritora ya no soy yo”, confiesa.

Al describir su poemario, Silva invita a los lectores, incluso a quienes no suelen acercarse a la poesía, a hacerlo sin prejuicios. Define Cuerpo presente como un despojo: la necesidad de nombrar lo que contiene una mujer contemporánea, pero también un ser humano. Su poesía recorre la rabia, la furia, el vacío, la ausencia y el duelo, pero también el canto, la denuncia y la mística. Hay referencias a deidades, conjuros, demonios y símbolos culturales que dialogan con la experiencia femenina actual. “Es una obra sencilla que habla de la realidad de la vida”, aclara, y que busca que otros se espejen en ella.

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Cuerpo presente, poemario de Lola Silva.Lola Silva.

En paralelo, la autora trabaja en un libro de cuentos que recupera la mirada de una niña imaginativa, con humor oscuro y tintes sarcásticos. La poesía, dice, le ha ayudado a observar lo simple con mayor profundidad y a encontrar belleza incluso en lo incómodo.

Finalmente, al reflexionar sobre lo que significa ser mujer escritora en 2025, Silva considera que existe una apertura real para las voces femeninas. Reconoce el auge de la literatura de denuncia, pero insiste en que no hay una sola manera de escribir desde lo femenino.

“Hoy tenemos la posibilidad de hablar por las que no tienen voz, pero también la libertad de escribir desde donde queramos”, concluye. 

Para Lola Silva, escribir es un acto de presencia: ocupar el espacio, nombrar la experiencia y transformar el silencio en palabra.

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Desde la Sala de Prensa de la @FILGuadalajara, la poeta y escritora Lola Silva nos compartió una lectura de su libro Cuerpo presente, publicado por Libros del Marqués.

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