Ascenso, Modrić y Rafa Puente

Tan injustificable fue la reacción de Maradona luego de la final de Ascenso, como impresentable la falta de seguridad con la que contó el staff de Dorados en el estadio Alfonso Lastras. Ni el justo triunfo potosino ni el meritorio torneo realizado por el equipo sinaloense merecían que parte de la atención periodística se la llevara el bochornoso episodio en el que se vio envuelto Diego al final del partido.

Seguramente lo más indicado hubiese sido que el astro no contestara a las agresiones verbales y físicas que recibió, pero no sólo sabemos que la prudencia no es habitual en el 10, sino que es una vergüenza que la gente de Dorados (no sólo el DT) viviera la situación de vulnerabilidad y exposición que experimentó en tierras potosinas. El Ascenso MX, una categoría clave para el desarrollo de nuestro futbol, debería tomar cartas en el asunto.

Es digno de destacar, por un lado, el extraordinario trabajo de Poncho Sosa y sus dirigidos y, por otro, la resurrección de Dorados (contra todo pronóstico) desde que Maradona tomó las riendas del equipo culichi.

Sosa, desde el banquillo, estabilizó una institución que se refundó hace un par años. Diego amalgamó, junto con su cuerpo técnico, un equipo de trabajo que sacó lo mejor del plantel de Dorados. Luis Islas, excompañero y perfecto conocedor del ídolo, y Mario García, un entrenador mexicano muy preparado que conoce como nadie la categoría, fueron su complemento ideal. 

BALÓN DE ORO

La consagración de Modrić como Balón de Oro trae dos valores intrínsecos. Por un lado, la reivindicación de los mediocampistas y, por otro, la recuperación del propósito del premio.      

En las declaraciones del croata, cuando hace referencia a Xavi e Iniesta, nos recuerda que si bien los partidos se ganan y se pierden en las áreas, lo que termina aconteciendo en esta zona se gesta en la mitad de la cancha. Que ni Cristiano ni Messi sean los ganadores posibilitó que, por lo menos por un año, los medios no se alimentaran de esa polémica absurda y el galardón recupere su esencia: proclamar el mejor jugador del año. Luka Modrić lo fue en el curso pasado.

RAFA PUENTE

El torneo de Puente al mando de Gallos tiene muchos aspectos positivos, pero me gustaría destacar una de sus virtudes, que sienta precedente y brinda un aire fresco a nuestro futbol.

Con mucha razón, entrenadores y directivos se quejaron siempre de que el futbol, en sí mismo, tiene menos peso mediático que toda la parafernalia que se genera alrededor. Es una realidad que las noticias extracancha ocupan más espacio periodístico que el análisis del juego. Pero también es verdad que los directores técnicos nunca se esmeraron en explicar cuestiones futbolísticas por no considerar a los periodistas interlocutores válidos. Actitudes como las de Rafa, que desmenuza en rueda de prensa la racionalidad futbolística detrás de sus decisiones tácticas, no sólo acercan esa grieta, sino que ayudan para educar a los espectadores en el entendimiento del juego.

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