El otro gran premio
No pretendo correr en una pista que desconozco. Eso lo dejo para los expertos del automovilismo y que después de muchísimos años se relamen los bigotes por estos siete días que para ellos serán mágicos desde la llegada de los organizadores, las autoridades, los ...
No pretendo correr en una pista que desconozco. Eso lo dejo para los expertos del automovilismo y que después de muchísimos años se relamen los bigotes por estos siete días que para ellos serán mágicos desde la llegada de los organizadores, las autoridades, los tráilers, las escuderías y, finalmente, los pilotos.
Que les aproveche y lo disfruten. Y lo merecen porque después de tantos esfuerzos fallidos se llega a la gran semana. Después de mucha labor de convencimiento con la máxima categoría de este deporte, de planeación, desarrollo del proyecto y, principalmente, la titánica tarea de involucrar autoridades federales y locales, así como a los empresarios que por años han empujado muy fuerte al talento mexicano en las pistas internacionales y deseaban más que nadie que la Fórmula 1 volviera a nuestro territorio.
Pues ahí lo tienen, todo suyo, todo suyo y de los miles de aficionados amantes de esto, también, de los grandísimos villamelones que asistirán al autódromo sin entender un comino de lo que se trata y piensan que subirse al auto y acelerar al máximo son las bases del automovilismo. O que irán con sus mejores trapos para salir en los espacios de sociales (RSVP, principalmente) y sacarse fotos con cuanta personalidad del deporte, el espectáculo, la política o los empresarios que estarán ahí. Pero no importa, se trata de una fiesta y que todo mundo que asista se divierta. Se trata de ilusionarse con la presencia de Checo y, por qué no, de un podio.
Magnífico hubiera sido que Lewis Hamilton se hubiera aguantado una semana más y coronarse en nuestra capital, pero sabemos que en la alta competencia la victoria no espera a nadie; de igual forma recibir al campeón resulta atractivo.
El otro gran premio debe aguardar al lunes para ser entregado. Hablamos de la organización del evento mismo y las tantísimas cosas que suceden alrededor: logística para la llegada de la gente que implica cierre de vialidades, tráfico, lugares de estacionamiento; obvio, seguridad y vigilancia; reventa, piratería, etcétera. Después lo que suceda adentro y estando las cosas como están en términos de agitación social todo podría suceder, así que alerta máxima en un evento que genera la atención del mundo entero y que después de tantos años de pedir la oportunidad, el margen de error es mínimo en todos los sentidos.
Una semana de mucho automovilismo en la que tenemos la oportunidad de aprender más de esto y si no, al menos, de divertirnos con la presencia de escuderías y pilotos.
