Fibras y ópticas

Sé como somos y me gusta. Si le encontramos el lado amable a las tragedias, por qué no hacerlo de algo como una declaración que describe físicamente a un jugador de futbol.

Ignorancia si quiere, pero ningún entrenador antes había hablado públicamente de la fibra A-1, B-2 o no sé qué, lo que fue motivo de un largo pitorreo general y excesivo.

Pudo o no gustarnos su forma de expresarse. Le podemos o no creer, podemos seguir pensando que es o no la mejor opción para el equipo mexicano pero, al menos, démosle cierto crédito a sus estudios como preparador físico y concederle que sabe de lo que está hablando.

Lo más importante será lo que logre en el corto plazo, en el futuro cercano, ya que en México así funcionan las cosas: no hay trabajos prolongados que no dependan estrictamente de la actualidad, es decir, se califica lo que tienen hoy, no lo que podrían conseguir mañana con un proyecto establecido. Y más cuando hablamos de la Selección Mexicana. Importa un bledo si se juega de determinada manera, hombre, a usted y a mí nos podrá o no parecer y podemos criticar las formas, pero en el fondo son los números y sólo esos los que ponen fecha de caducidad a los trabajos de los entrenadores.

De igual forma se le fueron encima a Tomás Boy cuando dijo que Osorio no estaba en su órbita y que para él había personas más capacitadas para el trabajo. Lo señalaron, argumentando que no tenían un solo título en su carrera y que bajo esa perspectiva no podía ser tan agudo en sus juicios.

Vayamos en orden. Es cierto que Tomás no ha sido campeón, pero eso no le resta capacidad para analizar y mucho menos para decir lo que piensa por más que piense o no lo que dice en las conferencias de prensa. Es su punto de vista, y sí él no lo tiene en su órbita… pues muy su órbita.

Dejémonos de simplezas y cosas sin sentido. Criticar a Osorio por describir al jugador mexicano resulta francamente ridículo.